Encabezar o acompañar. Esa es la duda que sobrevuela los despachos de los secretarios generales de los distintos gremios que se verán las caras el próximo jueves para definir un plan de lucha para rechazar el rumbo del gobierno de Javier Milei.
Las diferencias a trazo grueso tienen que ver con los tiempos. Avanzar con medidas duras aunque la mayoría de la sociedad continúe respaldando al Gobierno o esperar a que el malestar general genere un escenario de aprobación social para un nuevo paro general. En esa disyuntiva navegan los dirigentes sindicales más allá de las fricciones internas que se multiplican día a día.
El camino que tomará la CGT no está claro. El tiempo y el avance del Gobierno de Javier Milei no alcanzan para apaciguar las internas históricas entre los dirigentes históricos. En ese marco, sobre la mesa del Consejo Directivo el próximo jueves se pondrán a consideración distintas acciones que van desde la redacción de un documento con todo de ultimátum hasta la realización de un nuevo paro general pasando por la posibilidad de sólo realizar una movilización el día del trabajador. La moneda gira en el aire. Y los contactos informales se multiplican.
El escenario de fractura interna dentro de la CGT no es una novedad. Pero la incógnita por estas horas pasa por saber cuántos son los espacios que compiten por imponer su visión y definir los rasgos que tomará la central obrera de acá en adelante.
A la histórica división entre dialoguistas y combativos se le suma un nuevo espacio que aglutina gremios que están dispuestos a enfrentar a Javier Milei pero que están alejados tanto del kirchnerismo como de los Moyano.
No es novedad dentro del mundo sindical que Gordos e Independientes, como se les conoce a los gremios dialoguistas, tiendan puentes con cualquier gobierno más allá de su color político. Tampoco es novedoso que Camioneros encabece el sector más beligerante de la CGT. En este caso, la novedad tiene que ver con un nuevo sector encabezado por el líder de La Fraternidad, Omar Maturano, entre otros, que empuja no sólo un paro general, sino que busca la salida de Héctor Daer de la conducción de la central obrera.
En ese marco, la fractura de la CGT vuelve a aparecer como un escenario posible en el firmamento de la política nacional. Tampoco es una novedad y es casi un reflejo del sindicalismo tradicional ante el arribo al poder de espacios no peronistas.
La reunión de Consejo Directivo que se llevará a cabo el jueves en el edificio de Azopardo por ahora tiene final incierto. Ese mismo día, Camioneros organizará un plenario para definir la realización de un paro general de 48 debido a que el Gobierno nacional no homologa las paritarias firmadas con las cámaras del sector. Así las cosas, la medida de Camioneros no sólo tendrá que ver con el conflicto por la suba del salario sino que también será un mensaje puertas adentro de la CGT.
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