Luego de un verano lleno de eventos, desfiles y activaciones empresariales, el relacionista público Fernando Cristino reflexionó sobre su presente y las enseñanzas que tuvo luego del proceso judicial que enfrentó desde 2020 y que se extendió hasta los últimos meses.
En conversación con El Observador, el RRPP comentó "Volví a hacer lo que amo, dando trabajo que eso es lo más lindo, porque primero velo por mi equipo y yo soy la cabeza que tiene que conseguir y cerrar acuerdos comerciales, y muy feliz porque atrás tenemos mucha gente. No solo modelos, también maquilladores, peinadores, todo un gran staff, que eso me alimenta. Si ellos están bien, están felices, ahí estoy yo. Estoy más fuerte que nunca, aprendí muchísimo porque dicen que de los errores se aprende".
¿Ese aprendizaje vino de un momento difícil donde fuiste internado de forma compulsiva en el Vilardebó?
Hoy doy gracias a Dios de que me haya pasado todo lo que me pasó, porque puedo comunicar a la gente que sí se puede. Porque pude salir de una gran depresión. Cuando uno está con una depresión grande, por toda la estafa que yo había sufrido, con un grado de estrés grande, tu cabeza vira. La salud mental vira, hacia una hipomanía (estado hiperactivo y/o irritable) ¿Qué es una hipomanía? que parece que sos Hulk, no pensás bien, no dormís bien y todo eso hace que estés sacado y que no estés en tu eje. Y bueno hay mucha gente también que se aprovechó por la situación y demás. Pero pude salir. Luego me llevaron con todo el tema así, como tú lo dijiste y no tengo ninguna vergüenza en decirlo, al hospital Vilardebó. Ahí me sentí más cuidado que en ningún lado. Realmente fue así, llegue y le dije a la psiquiatra "por favor, me va a explotar la cabeza, intérneme". Yo fui el que lo dije. Después si, pasaron al procedimiento donde se aprovecharon en la comisaria, donde se aprovecharon de esa situación, hicieron que me sacara más, para una imputación de desacato.
¿No estuviste bien en la comisaria?
No, no estuve bien, claro. Estaba sacado, no era yo. Y doy gracias de que el fiscal me mandara al hospital, porque vio que no era yo. Hoy en día veo esos videos con Rafael Silva y todo el equipo, que son mis abogados, hoy en día está en un tema jurídico, eso se lo dejo en la mano a él, todo este tema que me pasó. Porque cuando uno no está bien psicológicamente, con la salud mental, en un momento está fuera de sí.
¿En ese tiempo tu empresa se desarmó, tuviste que afrontar deudas y encima vino la pandemia?
Totalmente, totalmente. Yo lo digo sin ninguna vergüenza, no tenía ni para el ómnibus. Gracias a Dios que tuve a mi familia que me apoyó y cuatro o cinco amigos. Porque yo pasé de tener un millón de amigos, como dicen, a esos cuatro que gracias a Dios los tuve y sé quién conmigo va a morir. Me tomé mi año, mi momento para descansar, para estar tratado por un psicólogo, por un psiquiatra, hice arte, me instruí muchísimo para saber qué es la salud mental, por qué me había pasado eso, informarme. Realmente leí muchos libros, videos en YouTube. La gente no sabía dónde estaba, si había desaparecido, yo tampoco tenía que dar explicaciones a nadie. Me tomé mi momento. Estuve un año guardado en mi casa y sé que tengo el deber por todo lo que aprendí hasta ahora, de comunicar el sí se puede. Toda esa gente que me ha escrito con depresión ¿Cómo salgo de esto?, que estafa, que pun, que pan. Sí se puede, yo me tomo mis momentos para charlar. ¿Querés llamarme? Llámame. Y esto es lo que quiero comunicar también.
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