Estudiantes de UTU se sienten más inseguros que los liceales y mucho más que sus pares de colegios

Un año antes, cuando el Instituto Nacional de Evaluación Educativa realizó las pruebas Aristas, el salón de clases era el espacio en que los estudiantes se sentían más seguros. Más que en el pasillo, más que en los baños y mucho más que en la manzana de la institución.

Pero ya entonces los alumnos de UTU eran, en comparación a otros estudiantes de educación media, los que manifestaban mayores niveles de inseguridad (incluso dentro del aula). La quinta parte de los alumnos de UTU consideraban que el salón era un espacio “poco o nada seguro”. En los liceos públicos, en cambio, esa percepción era solo compartida por el 12% del alumnado. Y en los colegios privados descendía al 6%.

Las respuestas de los alumnos al cuestionario de Aristas —las que procesó y ponderó El Observador con la colaboración técnica del sociólogo Pablo Menese— muestran que la sensación de inseguridad viene en aumento a la interna de la UTU. En 2018, cuando se había realizado la anterior edición de las pruebas, solo el 10% de los estudiantes de UTU se sentía inseguro en el aula.

“El aula era el lugar más seguro para el estudiante de UTU, hasta el pasado miércoles”, insiste Luis Otero, secretario de asuntos laborales del sindicato de funcionarios de la institución. “Los lugares en las que están ubicadas las escuelas técnicas suelen ser de mayor violencia que otros centros educativos, y lo sucedido en Cruz de Carrasco es el reflejo de lo que está pasando en el barrio”.

El primer martes de agosto hubo cuatro asesinatos en la misma cuadra de Cruz de Carrasco. Los padres de los estudiantes de octavo grado, los que fueron asaltados dentro de la UTU, contaron que “desde hace unos meses se sienten las disputas entre bandas delictivas”.

Un año antes, en las pruebas Aristas, se les preguntó a los directores de UTU cuán probable era que en la cercanía de los centros educativos hubiese peleas con armas. Ya entonces el 68% de los directores de escuelas técnicas de Montevideo y el 20% del interior consideraban a ese un escenario “probable” o “muy probable”.

Y cuando se les preguntaba por los robos, no necesariamente con violencia, casi todos los directores de la capital (91%) lo veían como una probabilidad cercana.

“De puertas cerradas”

Mientras los alumnos de la UTU de Cerro Pelado, en Maldonado, están en clase, los docentes cierran la puerta general con una cadena. Cada uno sabe la contraseña para abrir y cerrar. En la UTU de Rivera se escucha, cada tanto, los tiros entre las bandas de narcotráfico que se disputan el territorio. En Vista Linda, Canelones, los docentes ya no pueden ir en sus vehículos porque les roban “hasta el combustible”.

Las escuelas técnicas públicas están convirtiéndose, paradójicamente, en “escuelas de puertas cerradas”, cuestiona el sindicato de UTU. Ya no es solo que “se perdieron los códigos” —en referencia a que varias décadas atrás los docentes y los centros educativos eran territorios prohibidos para la delincuencia—, sino que la comunidad educativa manifiesta cada vez más temor.

En el procesamiento de datos que realizó El Observador se revela que un tercio de los estudiantes de UTU encuestados el año pasado dijo que se sentía inseguro en la manzana que rodea al centro educativo. Entre los alumnos de Montevideo ese valor ascendió al 48%. Y como destaca el informe general de las pruebas Aristas “la percepción de violencia en el entorno barrial, al igual que en 2018, es mayor en los centros de contextos desfavorables y en la región sur del país”.

Las autoridades del Ministerio del Interior se reunieron este lunes con los padres de la UTU de Cruz de Carrasco. La cartera se comprometió a cambiar el servicio de policía 222 para el horario diurno, colocar cámaras de seguridad en la esquina, arreglar la reja rota y la limpieza de los terrenos aledaños.

Esas medidas también intentan dar respuesta a la escuela Primaria ubicada en la misma manzana (es un centro asociado), la que fue robada al menos ocho veces en lo que va del año.