Según el presidente López Obrador, la “súper farmacia” tendrá todos los medicamentos que se usan en el sistema de salud.

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El presidente mexicano inauguró una “súper farmacia” para abastecer de medicamentos a todo el país

Ante la falta de medicamentos específicos en algunos hospitales, el presidente López Obrador resolvió implementar un gran almacén para concentrar medicamentos y enviarlos a donde se los necesite
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31 de diciembre de 2023 a las 05:01

El presidente de México inauguró este viernes una “súper farmacia” en un intento por poner fin a los problemas de los pacientes que necesitan un medicamento específico, pero el hospital donde se atienden no lo tiene.

La solución del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) fue equipar un gran almacén en las afueras de la Ciudad de México para centralizar los medicamentos y enviarlos a hospitales de todo el país.

“La farmacia va a ser grande, grande, grande y va a tener todos los medicamentos que se usan en el sistema de salud”, dijo López Obrador el viernes.

La farmacia está destinada a complementar las instalaciones sanitarias locales. Si un paciente no puede conseguir los medicamentos que necesita en un hospital local, el paciente, su médico o el farmacéutico podrían llamar al almacén y recibirlos desde el enorme almacén de 40.000 metros cuadrados en la Ciudad de México.

Las fuerzas armadas, o la compañía farmacéutica gubernamental Birmex, enviarán los medicamentos por tierra o aire “en un plazo de 24 a 48 horas”, prometió López Obrador.

La pregunta es si México podrá superar su historia problemática en la regulación de la industria farmacéutica, en la compra de medicamentos, y en su almacenamiento y distribución. La centralización extrema tampoco ha ayudado mucho a México en el pasado en muchas áreas.

La cara más visible de este problema son los padres de niños con cáncer, que frecuentemente realizan protestas porque dicen que en los últimos años ha sido imposible conseguir quimioterapia y otros medicamentos.

Padres desesperados bloquearon el tráfico en el aeropuerto de la Ciudad de México el año pasado, sosteniendo una pancarta que decía: “No hay quimioterapia, tratamiento ni medicamentos, tengan un poco de empatía y sensibilidad”.

Debido a que México ha tenido problemas para obtener suficiente morfina, los anestesiólogos en México han tenido que llevar consigo sus propios viales del sedante, extrayendo múltiples dosis de un solo vial para procedimientos de rutina como bloqueos espinales durante los partos.

En Estados Unidos, donde no hay escasez de morfina, se recomienda a los médicos extraer una dosis única de un vial y tirar el resto.

Pero en México, eso ha provocado la contaminación de los viales, lo que ha desencadenado brotes de meningitis inducida por inyecciones en dos estados mexicanos que han matado a decenas de personas, incluidos algunos estadounidenses que buscaron tratamiento en clínicas de la ciudad fronteriza de Matamoros, frente a Brownsville. Texas.

López Obrador realizó un gran esfuerzo para obtener vacunas contra el COVID-19 en 2021, utilizando a las fuerzas armadas para distribuirlas y a voluntarios para ayudar a aplicarlas, y para fines de ese año, casi cualquier persona en México que quisiera una vacuna la obtuvo gratis.

Pero intentar replicar ese modelo de compra gubernamental centralizada y distribución militar a escala nacional de miles de medicamentos no es lo mismo, según Mauricio Rodríguez, profesor de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México.

“Esto es una locura”, dijo Rodríguez, señalando que el gobierno está abriendo el almacén centralizado sin responder cómo funcionará el sistema, especialmente para los medicamentos que se necesitan con urgencia. Señaló que concentrar todos los medicamentos en un solo sitio aumenta los riesgos y podría dejar de lado algunos sistemas de distribución ya existentes.

Muchos de los problemas son anteriores a López Obrador, quien asumió el cargo a fines de 2018. Durante décadas, ha habido escándalos relacionados con medicamentos por valor de millones de dólares que quedaron obsoletos en los almacenes mientras los hospitales no podían conseguirlos.

La agencia reguladora de medicamentos del país, conocida por su acrónimo en español como Cofepris, ya estaba tan plagada de corrupción antes de López Obrador que los reguladores ocultaban las solicitudes de aprobación de nuevos medicamentos durante años y exigían sobornos para aprobarlos.

Y con alarmante frecuencia, la agencia reguladora envía alertas sobre medicamentos falsificados o imitaciones que se venden para tratar todo, desde cáncer hasta enfermedades cardíacas. Cajas, etiquetas, viales y certificaciones se copian con asombrosa precisión, pero los frascos a menudo contienen poco o nada del medicamento.

El comercio de medicamentos falsos es tan común y lucrativo en México porque los médicos a menudo les dicen a los pacientes o sus familiares que compren medicamentos en farmacias privadas cuando no están disponibles en los hospitales gubernamentales.

El grupo cívico “Desabastecimiento Cero” dijo que hubo un aumento del 142% en el número de alertas sobre medicamentos falsificados entre 2021 y 2022.

Pero parte de los problemas recaen sobre decisiones del propio presidente. Molesto por lo que, según él, eran ganancias infladas obtenidas por los distribuidores e importadores de medicamentos, el presidente simplemente eliminó a las empresas privadas y decidió que el gobierno debería comprar directamente todos los medicamentos.

Debido a que el gobierno no tenía mucha infraestructura, contactos o experiencia en un esfuerzo tan masivo, López Obrador firmó un acuerdo con la Organización Mundial de la Salud para ayudar a México en las compras. Pero incluso con esa ayuda, México no pudo obtener algunos medicamentos especializados, algo que López Obrador atribuyó al sabotaje de las empresas farmacéuticas.

Rafael Gual, director de la Cámara Nacional de la Industria Farmacéutica, dijo que las propias acciones del gobierno crearon “cuellos de botella” en la distribución.

Según el grupo “Desabastecimiento Cero”, el número de recetas sin proveer en México aumentó de 1.5 millones en 2019 a 22 millones en 2021; en esos retrasos probablemente influyeron las interrupciones debidas a la pandemia de COVID.

Pero incluso en 2022, todavía quedaban alrededor de 12,5 millones de recetas sin provisión.

El Dr. José Moya, representante de la OMS en México, dijo que los almacenes médicos centralizados pueden ser una solución, pero la clave es tener un buen sistema logístico.

“Si están pensando en un almacén como este es porque hay una necesidad”, dijo Moya, “y esto tiene que estar muy bien organizado”.

(Con información de agencias)

 

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