En un escenario de escasa oferta de ganado gordo y disparidad de valores entre las plantas, el mercado de la hacienda gorda tiende a estabilizarse. La reposición, a la vez, se mantiene estable en valores altos, lo que lleva a una relación flaco/gordo que está en máximos en dos años.
Los negocios concretados por novillos gordos van de US$ 3,50 y US$ 3,60 por kilo carcasa en cuarta balanza, pudiéndose lograr hasta US$ 3,65 en negocios puntuales por novillos especiales.
La vaca, con una mayor oferta, tiene un amplio abanico de precios, dependiendo de la calidad y peso. Los negocios se concretan entre US$ 3,15 y US$ 3,30 por kilo para los mejores ganados.
Por las mejores vaquillonas el abasto alcanza a pagar US$ 3,50 –pero hay negocios puntuales que superan esos valores–, mientras que las buenas se pagan entre US$ 3,40 y US$ 3,45 por kilo.
Las entradas a planta son de aproximadamente una semana y lo que se oferta se coloca con facilidad, aunque son muy pocos los negocios concertados.
La faena de ganados con destino a la cuota 481 le quita presión al ganado de pasto y los altos precios de la reposición hacen que el productor retenga los animales.
En la semana cerrada el 22 de febrero, la faena de vacunos subió por tercera semana consecutiva y alcanzó los 43.072 animales , consolidándose como el mayor volumen desde mediados de diciembre y un 10% arriba de los 39.188 vacunos dela semana previa.
Pero a pesar de este aumento, los productores siguen vendiendo lo menos posible y la oferta es muy escasa: en igual semana de 2019 la faena se mantenía por encima de 50.000 vacunos y el volumen faenado en lo que va del año se ubica un 30% por debajo que en el mismo período del año pasado.
Del total de la faena, 22.703 fueron novillos (53%), también el mayor registro desde mediados de diciembre de 2019. Ello mostró un salto semanal de 17% frente a los 19.478 de la semana previa. Las hembras –vacas y vaquillonas– totalizaron 19.891 cabezas, frente a las 18.921 de la semana anterior.
Las industrias se vieron golpeadas por las menores ventas de carne a China, y como consecuencia eso afectó al mercado del ganado gordo.
Luego de que en diciembre se desaceleraran las ventas de carne vacuna a China, todas las esperanzas estaban depositadas en que con los festejos del año nuevo lunar los stocks acumulados de carne se redujeran y se reactivara la demanda, pero la aparición del coronavirus lo cambió todo y golpeó el consumo de China en el mejor momento del año.
En lo que va del año, las exportaciones de carne vacuna a China cayeron 38% en volumen y 33% en facturación respecto al mismo período del año pasado: 18.079 toneladas peso embarque por un total de US$ 82 millones, según los datos de la Dirección Nacional de Aduanas. La participación de China en el total del volumen de carne vacuna exportado bajó de 64% a 50% interanual, mientras que la facturación por ventas pasó de 54% a 40%.
El precio se mantiene US$ 500 por encima que en el mismo momento del año pasado: US$ 4.534 la tonelada peso embarque, pero US$ 1.000 por debajo que el récord histórico de US$ 5.541 de diciembre del año pasado.
Brokers consultados dijeron a Blasina y Asociados que los frigoríficos que tienen a China como único mercado, cierran negocios aún con precios muy bajos. Fundamentalmente los que no tienen cuadrillas kosher operando y que no tienen una fuerte inserción en Estados Unidos.
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