Los obituarios publicados tras la muerte de Tom Clancy, acontecida el martes pasado, pueden dividirse en dos: aquellos con palabras poco sentidas y listados cronológicos de obras, ubicadas en las secciones de cultura, y los que lo recuerdan con cariño fervoroso, hallados dentro de las coberturas de tecnología.
Es que el escritor estadounidense que falleció a los 66 años era el prototípico autor de
best-sellers, aquel cuyos libros son vendidos en formato de bolsillo en los kioscos de los aeropuertos por unos pocos dólares. Pero Clancy también era el padre de varias sagas de videojuegos que aún hoy despiertan fanatismo entre los
gamers, en especial la franquicia
Splinter Cell.
De hecho, el último juego de la saga,
Tom Clancy’s Splinter Cell: Blacklist (sí, los títulos llevan su nombre y apellido), salió al mercado a fines de agosto y fue bien recibido tanto por la crítica como el público. Solo en la semana de su debut en América del Norte y Europa vendió unas 500 mil copias.
La franquicia
Splinter Cell, que fue lanzada en 2002 y ya lleva ocho títulos, fue el inicio de la asociación entre Clancy y Ubisoft. Desde entonces, se vendieron más de 76 millones de copias de los juegos con el sello de calidad “Tom Clancy”.
“Clancy era un autor extraordinario con un don para crear historias de ficción detalladas y absorbentes, que cautivaban audiencias de todo el mundo”, publicó Ubisoft en su
página oficial de Facebook.
Pero la desarrolladora y distribuidora de videojuegos francesa también se encargó de calmar a ese numeroso público: “El equipo de Ubisoft, especialmente del estudio Red Storm, está increíblemente agradecido de haber podido colaborar y aprender con él, y modestamente asumimos la oportunidad de continuar con parte de su legado a través de nuestras propiedades que llevan su nombre”.
El espía silencioso
Según el sitio
Business Insider (que, por ser de tecnología, publicó un sentido homenaje a Clancy),
Splinter Cell “es la gran franquicia de Ubisoft junto con
Assassin’s Creed. Y la verdad es que
Assassin’s Creed no existiría sin el éxito y evolución hacia una jugabilidad de acción sigilosa que introdujo
Splinter Cell”.
Ese estilo silencioso e implacable de Sam Fisher, el espía de la agencia estadounidense NSA protagonista de
Splinter Cell, es la clave del encanto de la saga. Afuera quedan los
gamers que disfrutan de disparar a discreción en vertiginosas escenas de acción. Cuando el jugador controla a Fisher tiene que saber esperar las oportunidades, moverse entre las sombras y atacar a los enemigos uno a uno, quebrando sus cuellos o disparándoles con su arma con silenciador.
Una de las críticas que se le hizo a
Splinter Cell: Blacklist es que, en el afán de ser más realista, muchas veces resulta casi imposible escabullirse sin ser visto por los enemigos.
Splinter Cell y otros juegos de Clancy, como
Rainbow Six y
Ghost Recon, tenían temas similares a los de sus libros (crímenes, guerra, espionaje) y, sin embargo, la fama de unos y otros resultó casi opuesta. Los fanáticos de lo mejor de Clancy tienen a su disposición un título fresco para recordarlo y pueden esperar tranquilos porque otros tantos nuevos llegarán.
Tom Clancy’s Splinter Cell: BlacklistPC: US$ 59,99
PlayStation 3, Xbox 360, Wii U: US$ 39,99