El desarrollo de la tecnología cuántica, en el centro de la puja comercial y militar entre China y Estados Unidos

Las restricciones, que según informó Washington está previstas que entren en vigencia el próximo año, tienen por objetivo “la prevención del desarrollo de las capacidades domésticas chinas a partir de las inversiones estadounidenses”, informó el Departamento de Estado.

Según los funcionarios estadounidenses, las nuevas reglas, que también limitan la transferencia de conocimientos y experiencias, se aplicarán a inversiones futuras -es decir: no afectarán a las ya realizadas- en las áreas que podrían implicar una ventaja china en materia militar y de inteligencia.

“La competencia por la superioridad tecnológica es ahora un aspecto clave de la rivalidad entre China y Estados Unidos. El dominio de tecnologías avanzadas como la inteligencia artificial, la microelectrónica y los sistemas de información cuántica determinará la preeminencia militar y económica en el futuro”, afirma el Instituto Internacional de Estudios Estratégicos (IISS) con sede en Londres.

En efecto. Las restricciones tienen como protagonistas tres sectores estratégicos, entre los cuales se encuentra la tecnología cuántica, área en la que se espera la prohibición de inversiones y/o transferencia de tecnología en sensores y dispositivos específicos.

De acuerdo con la restricción impuesta, “las tecnologías cuánticas podrían comprometer las comunicaciones militares, el cifrado y otros controles de ciberseguridad”, según reportó The Washington Post haciéndose eco de fuentes oficiales poco después de anunciarse la decisión del gobierno de Biden.

No obstante, la decisión de la Casa Blanca de excluir a Beijing de determinados ecosistemas tecnológicos no impide que China siga avanzando con fuertes inversiones en el campo emergente de las tecnologías cuánticas, que explotan las propiedades de la mecánica cuántica para permitir avances en detección, comunicación e informática.

“Muchas de estas tecnologías aún están en desarrollo, pero los investigadores chinos están logrando rápidos progresos y se han convertido en actores importantes de las tecnologías cuánticas. En algunas áreas, especialmente en la comunicación cuántica, China se ha posicionado como líder mundial”, según el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS) con sede en Washington.

Sin embargo, según los especialistas, estas nuevas tecnologías requieren de una ingeniería compleja y presentan obstáculos para pensar su comercialización y un incremento de escala.

El gasto de China en innovación y desarrollo se ha duplicado desde que Xi Jinping llegó al poder en 2012. Esto, según el CSIS, no es simplemente un subproducto del crecimiento económico, sino también de una priorización: si en 2012 el gasto chino en I+D había ascendido al 1,91% de su PIB, en 2022 esa relación subió al 2,55%.

Los intereses de China en materia de tecnología cuántica giran en torno a beneficios económicos y de seguridad tangibles. Aunque la mayoría de estas tecnologías se encuentran en una fase temprana, centralmente en el área de comunicación cuántica, orientada a las transmisiones de ultra rápidas y altamente seguras de datos, Beijing ya se ha posicionado como el líder global.

Un sector clave de preocupación en esta área es el cifrado. La razón: una computadora cuántica avanzada podría romper los métodos de cifrado convencionales existentes para proteger los datos. Por otro lado, en Estados Unidos, el gobierno de Biden ha tomado medidas para apuntalar las propias capacidades cuánticas del país.

El Instituto Nacional de Estándares y Tecnología del Departamento de Comercio estadounidense  identificó cuatro nuevos algoritmos de cifrado que se integrarán en los estándares de seguridad del departamento y que deberían ser resistentes a posibles ataques de computadoras cuánticas, según adelantó Washington.

En los hechos, las tecnologías cuánticas han surgido como otro frente clave en la intensificación de la competencia tecnológica entre ambos países. Frente a las restricciones impuestas por Biden, el Ministerio de Comercio chino declaró que se reservaba el derecho de tomar contramedidas, reclamó a Estados Unidos que respete las leyes del mercado y el principio de competencia leal.

Un portavoz de la embajada china en Washington dijo que la Casa Blanca había ignorado “las repetidas expresiones de profundas preocupaciones de China” sobre el plan y advirtió que las restricciones afectarían a más de 70.000 empresas estadounidenses que hacen negocios en China, perjudicando tanto a las empresas locales como a las estadounidenses.

Por lo pronto, y ante el avance de las restricciones estadounidenses, los gigantes tecnológicos chinos han apresurado sus compras en el exterior. Lo hicieron cuando Washington impuso trabas a las ventas de semiconductores avanzados para la producción de microchips.

En respuesta a las prohibiciones, Nvidia, una de las principales empresas de chips del mundo, ha comenzado a ofrecer uno menos avanzado a los consumidores locales, al tiempo que junto con Baidu y ByteDance -propietaria de TikTok, Tencent y Alibaba- ha realizado pedidos por unos US$ 5.000 millones de procesadores de alta potencia que se entregarán antes de fin de año.

(Con información de AFP, The Washington Post y IISS)