El comercio entre Rusia y China superará los U$S 200.000 millones a fin de año

El 10 de octubre, días antes de la convocatoria que reunió a representantes de 140 naciones, el Consejo de Estado de la República Popular China publicó la bitácora de la Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI), el actual concepto global de política exterior de China para el mundo multipolar que promueve Beijing.

La BRI fue lanzada hace 10 años por el presidente chino Xi Jinping, primero en Astaná, Kazajistán y luego en Yakarta, Indonesia. En una década, China logró promover inversiones con esa propuesta que incluyen a 140 países y ascienden a un billón de dólares.

La mayor parte de los proyectos de la BRI se refieren a industrias extractivas y corredores de transporte. La mayoría se concentran en Rusia y el Golfo Pérsico y permiten el abastecimiento de las necesidades de China.

El invitado de preferencia en este encuentro que duró tres días fue Vladimir Putin, ya que Rusia tiene contratos de abastecimiento energético y minero con China, que se fortalecieron en el contexto de la invasión rusa a Ucrania. China, con una política de neutralidad en ese conflicto, logró sacar un provecho estratégico.

En la ceremonia central del tercer foro, detrás de Xi Jinping y Putin estaban los líderes de Asia Central: Kasim-Yomart Tokáyev y Shavkat Mirziyóyev –presidentes de Kazajstán y Uzbekistán, respectivamente– y Joko Widodo, de Indonesia, un país con casi 300 millones de habitantes.

Al final del foro, Xi afirmó que los nuevos acuerdos de infraestructura en la región sumaron U$S 97.200 millones. La mayoría entre Rusia y China, quienes sellaron una convivencia pensada para un mundo sin la hegemonía de Estados Unidos. Y, sobre todo, con capacidad de abastecerse sin necesidad de Washington y de Bruselas, sede de la Unión Europea.

En ese marco, los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) incorporaron a seis naciones más, ampliaron los fondos de su Banco de Desarrollo presidido por la brasileña Dilma Rousseff y anunciaron que ese bloque de naciones desde el 1° de enero de 2024 será presidido por Rusia.

Putin y Xi, además del trazado estratégico, atendieron la coyuntura mundial, marcada por la invasión de Rusia a Ucrania y el ataque de Hamás a Israel que amenaza con convertirse en un grave foco de conflicto regional.

Mientras la industria bélica insume presupuestos de Estados Unidos, Gran Bretaña y la Unión Europea, Rusia logra compensar sus gastos bélicos gracias a los acuerdos con China. Ambos países firmaron el mayor acuerdo de su historia de suministro de granos por parte de Moscú a Beijing: 70 millones de toneladas de granos, legumbres y oleaginosas para los próximos 12 años.

No habrá, a criterio de Xi Jinping y Putin, bloqueos financieros, comerciales y eventualmente navales, que puedan socavar la economía de Eurasia. Además de alimentos, el foro abordó el frente energético, con el gasoducto que parte de Rusia, atraviesa Mongolia y provee a China.

Putin mostró el corredor que va por el Báltico hasta Irán, otra nación que tiene sinergia con China y Rusia. Ese corredor también puede proveer gas a India, el país más poblado del planeta y fundador de los BRICS.

Putin añadió otros tramos de conectividad que pasarán por Siberia y los Urales. Se trata de nuevas rutas ferroviarias que darán más y mejor transporte con acceso a los océanos Índico y Pacífico.

Moscú, gracias a Beijing, parece estar en camino de solventar el corte de envío de su gas a Europa tras la invasión a Ucrania. El conflicto, que no muestra vías de solución, logra consolidar el bloque euroasiático.

Otros actores se muestran atraídos por el eje Beijing-Moscú. El primer ministro de Hungría, Viktor Orban, fue de la partida y es miembro de la Unión Europea desde 2004. La delegación de Afganistán logró mejorar el perfil de inversiones chinas en la minería de ese país devastado tras el fracaso de la dominación de Estados Unidos y la OTAN. En este foro, se firmó un acuerdo para unir el norte de Afganistán con la provincia china de Xinjiang.

Para la geopolítica del eje Washington-Bruselas (sede de la Unión Europea) hay otros problemas adicionales. Uno es que Irán y Arabia Saudita acercan acuerdos de largo plazo. A nadie escapa que los saudíes fueron –y son todavía– interlocutores de peso para Washington, en tanto que Irán es visto como una amenaza para Estados Unidos, especialmente por la gravedad de la situación en la Franja de Gaza.

Putin, Xi y los invitados al Foro de la Franja y la Ruta intentan abrir paso a una nueva configuración. Por ahora, con el suministro de materias primas a China y con las formidables partidas de inversión hacia los proyectos de suministro de materias primas y las cadenas de valor de la industria china.

Antes de este foro, los mandatarios y funcionarios de los países que integran la Unión Europea visitaron a Xi Jinping para intentar frenar el drenaje de divisas europeas hacia China por el gran desbalance comercial entre los 27 de Europa y China que en 2022 llegó a U$S 400 000 millones.

(Con información de agencias)