La Secretaría Nacional Antidrogas de Paraguay comunicó que en las últimas horas las autoridades de ese país detuvieron a Federico Ezequiel Santoro Vasallo, un uruguayo sospechoso de formar parte del clan de Sebastián Marset, que todavía se encuentra prófugo tras haberse escapado de Santa Cruz de la Sierra, en Bolivia, semanas atrás.
Santoro tiene 44 años y fue detenido en Alto Paraná. En Paraguay se lo buscaba por ser uno de los hombres que blanqueaba el dinero de Marset.
Santoro Vasallo tiene una fuerte influencia en Ciudad del Este –zona de la triple frontera entre Paraguay, Argentina y Brasil– y según un informe de la inteligencia paraguaya montó un mecanismo por el que lograron ingresar el dinero principalmente por casas de cambio.
En Paraguay también creen que Santoro Vasallo se encuentra involucrado en esquemas delictivos que permiten la circulación de grandes
sumas de dinero a través de la triple frontera, y en tal carácter estaría desempeñándose como un operador de la organización criminal en el ámbito financiero. Su rol era ser el intermediario para facilitar las transacciones económicas de Marset en Paraguay.
A su vez, remarcan que Santoro viajó con Marset a Dubai en abril de 2021 previo a que el narcotraficante decidiera instalarse allá. En ese viaje "buscaron abrirle puertas" a los competidores de artes marciales mixtas (MMA) guaraníes, según publicó José Estigarribia, otro de los pasajeros, en sus redes sociales. Esta disciplina deportiva fue una en las que incursionó Marset para intentar blanquear el dinero que recibía proveniente de los cargamentos de cocaína que enviaba a Europa.
El nombre de este hombre de 44 años –con antecedentes por trata de personas– estaba arriba de la mesa de los investigadores también en el caso del polémico avión iraní-venezolano detenido en Argentina con sospecha de vínculos con organizaciones terroristas. Santoro fue el contacto y quien estuvo con los tripulantes en los días que estuvieron en Ciudad del Este.
En junio de 2021, mientras estaba en Paraguay, Marset se vinculó al equipo de fútbol Rubio Ñu, donde también llevó al técnico y se inició como contratista. En este club hizo inversiones para remodelar el estadio y una de sus empresas se transformó en sponsor del cuadro, algo que también hizo en River Plate de Paraguay. Al mismo tiempo, cuatro jóvenes que había llevado al equipo lograron ser vendidos al Trikala, un club de la B de Grecia. Se sospecha que Santoro fue quién gestionó el esquema para la venta de esos jugadores.
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