Cuenta Paul Newman, amigo entrañable de la actriz, que en las paredes de la casa de Bette Davis (1908-1989) no se veían en exhibición los varios premios recibidos durante su prolífica y prolongada carrera que comenzó en 1931 y terminó en 1989, y que incluían dos premios Oscar en la categoría Mejor actriz. Sin embargo, entre la sobria decoración del hogar destacaba algo que llamaba la atención del visitante apenas llegaba: la inscripción bordada que tenía el almohadón del sofá.
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