La llaman la fábrica del mundo. Pero se empieza a hablar de un nuevo cisne negro -suceso sorpresivo y de alto impacto- que podría modificar una realidad que se volvió más evidente con la llegada del coronavirus: el peso que tiene China en las cadenas de producción de las empresas. Solo en Wuhan, ciudad donde se originó la pandemia, 51.000 empresas alrededor del mundo tenía uno o más proveedores directos, según cálculos de la firma de análisis y datos corporativos Dun & Bradstreet. Además, 938 de las 1.000 compañías Fortune contaba con proveedores de primer o segundo nivel en esa región.
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