Goleada del Barcelona en el Cívitas.

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Joao Félix aplicó la ley del ex y el Barcelona goleó al Atlético de Madrid

El equipo de Xavi derrotó por 3-0 al elenco del Cholo Simeone en el Cívitas Metropolitano y se ubica en la segunda posición de LaLiga EA Sports. Nahuel Molina fue expulsado en el local.
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18 de marzo de 2024 a las 05:37

El Barcelona dió un golpe de autoridad y un aviso. El equipo dirigido por Xavi tachó por 3-0 al Atlético de Madrid, en el marco de la jornada 29 de LaLiga EA Sports en el Cívitas Metropolitano, y se ubica en la segunda posición de la tabla, por detrás del Real Madrid. Los goles fueron convertidos por Joao Félix, Robert Lewandowski y Fermin López. En el cierre, el argentino Nahuel Molina vió la tarjeta roja.

El equipo catalán fue de menos a más. Un muy flojo primer tiempo, donde fue superado por el Atlético de Madrid en todas las facetas y que no logró hacer fluír su juego. Sin embargo, mandó a guardar las ocasiones que tuvo. Con la contundencia encontró el rendimiento. Castigó en dos momentos claves: al final de la primera mitad y al inicio de la segunda. Eso significó un golpazo para los de Simeone.

Igualmente, el encuentro comenzó con el Barcelona tomando la iniciativa y apostando a la tenencia de la pelota, con muy buenos pases cortos para salir de la presión alta e intensa que impuso el Atlético de Madrid, que inició expectante y siendo vertical para aprovechar las falencias defensivas del equipo culé en el retroceso.

El equipo de Simeone se afianzó y consolidó las marcas en defensa, lo que provocó, sumado a la presión alta, a que el Barcelona juegue apurado y largo y fue en esa faceta donde la primera línea del Atlético de Madrid anticipó y recuperó la posesión. Esa presión intensa fue el medio por el cual el Atleti tuvo la primera ocasión clara de gol, luego de una recuperación de De Paul y el posterior remate de Barrios que por poco se perdió.

Al igual que en el partido ante el Inter, el equipo local pobló el centro de campo para ser superior en esa zona y generar superioridad. El Barcelona impuso un triangulo en la mitad de la cancha, con Fermin siendo el más adelantado, pero el juego culé no fluyó en ese sector, en parte por la gran labor del Atlético de Madrid en el comienzo.

Un 5-3-2 bien conformado y pactado el Atlético de Madrid sin la pelota, para cubrir bien los espacios. Por ende, el Barça no le quedó más remedio que apostar al juego abierto, con Raphinha y Joao Félix -silbado en cada intervención- efectuando el uno contra uno y desequilbrando para lograr aproximarse al arco de Jan Oblak.

El elenco del Cholo Simeone no tuvo problema en ceder la posesión, esperar en el centro del campo y efectuar la presión y adelantar las líneas cuando la ocasión lo pedía. El Barça tuvo pocos recursos en el centro del campo, por lo que no había conexión entre los delanteros y los mediocampistas, lo que provocó el juego largo en donde la defensa del Atlético de Madrid ganó siempre en esa faceta. Los primeros minutos del encuentro se disputaron como quizo el cuadro local, pero sin ser superior.

Ante la situación de no poder romper por dentro por parte del Barça, eso produjo más movilidad de sus delanteros, en especial de Joao Félix. Las pocas veces que el equipo de Xavi logró aproximarse y avanzar metros, quedó muy descompensado en defensa, lo que padeció mucho ya que la principal virtud del Atlético de Madrid es la verticalidad.

El conjunto local no sufrió nada en defensa, pero tampoco generó muchísimas acciones de peligro en los primeros 20 minutos. El desarrollo del juego fue equilbrado y parejo, pero el Atlético de Madrid se sintió más cómodo, fue más punzante. Básicamente, la tuvo menos pero con más criterio. Se jugó de la manera que quiso el elenco rojiblanco.

El tiempo transcurrió y el juego del Barcelona dejó de fluir por completo: poca movilidad, sin conexión directa entre el mediocampo y los delanteros y una presión no coordinada. Las escazas asociaciones se produjeron entre Raphinha y Fermin, que rompió lineas para atacar los espacios vacíos. Sin embargo, no tuvo una chance clara de gol ni un remate al arco en media hora de juego.

Sin embargo, llegó la famosa y ansiada ley del ex: la primera gran combinación del Barcelona derivó en el centro de Lewandowski, que giró de manera excelente dentro del área y asistió a Joao Félix, que apareció por sorpresa en el centro y empujó la pelota para, nuevamente, marcarle al Atlético de Madrid y poner el 1-0. El portugués no festejó de manera alocada, pero tampoco pidió disculpas.

El tanto del Barcelona sorprendió por completo al Atlético de Madrid, que tuvo unos minutos de confusión y en shock. Sin embargo, siguió manejando la pelota e insistiendo aún más, siendo más vertical, directo y utilizando más recursos para atacar. Fue un primer tiempo en donde el equipo de Simeone se sintió mucho más cómodo y superó a los pupilos de Xavi en varios aspectos, pero en una ocasión aislada Joao Félix no perdonó.

Para la segunda parte, Simeone movió el banco de suplentes e introdujo a Antoine Griezmann para ser más eficaz, construir las jugadas y que el juego fluya mucho más. Además, también ingresó Memphis Depay, otro ex Barcelona. Sin embargo, todo lo bueno que hizo el Atlético de Madrid en el primer tiempo, se vió afectado al inicio de la segunda.

En la primera jugada de la segunda mitad, un error de Rodrigo De Paul en la entrega produjo un avance de Raphinha, que asistió a Robert Lewandowski que con un remate cruzado puso el 2-0 en el marcador. En un puñado de minutos y tras un flojo rendimiento, el elenco culé sacó una gran diferencia.

Con el tanto en el amanecer del segundo tiempo, el Barcelona se tranquilizó. Tras una primera parte en la que no generó, no tuvo la posesión y no pudo construir jugadas, el equipo de Xavi jugó más calmado con la diferencia que logró en el marcador. Sin embargo, el Atlético de Madrid mantuvo esa superioridad en cuanto al dominio y a las chances generadas, aunque obligó a quedar más descompensado en defensa.

Con el Atlético de Madrid obligado a ir a buscar el encuentro, el equipo adelantó sus líneas y priorizó más el ataque. Ante este escenario, el Barcelona tuvo más espacios, jugó más al contraataque y aprovechó esa "desesperación" del elenco del Cholo Simeone. Creció mucho en cuanto al nivel individual Ilkay Gundogan, siendo el dueño de la mitad de la cancha del equipo culé, el encargado de distribuir el juego y de la salida limpia desde el fondo.

El mediocampo del Atleti adelantó sus líneas, por lo que se generaron más huecos entre la espalda de los mismos y los defensores centrales, zonas que aprovecharon muy bien los extremos del equipo culé las veces que se cerraron, o mismo Robert Lewandowski que retrocedió unos metros para asociarse y elaborar los avances.

Minutos más tarde, Lewandowski inició un ataque con un control magnífico de taco, se apoyó en Gundogan que lanzó el balón largo para Koundé que metió el centro para que aparezca en soledad Fermin López y establezca el 3-0 de un cabezazo. En pocas llegadas, el Barcelona convirtió mucho.

Un Atlético de Madrid desconcertado, que quedó muy golpeado con el temprano gol de Lewandowski en la primera jugada del segundo tiempo. Apostó todo al ataque y se desmoronó en defensa: ya no presionó como al inicio, no tomó bien las marcas, no anticipaba y dejó muchos huecos que el Barça supo aprovechar a la perfección en los avances que tuvo.

Tras el tercer gol el desarrollo del encuentro se planchó. El Atlético estaba aturdido y perdió claridad en las transiciones ofensivas ante un Barcelona que levantó mucho su nivel en defensa, sobre todo la dupla central Araujo-Cubarsí, y el correcto partido del joven Héctor Fort. Dió la sensación de que el equipo de Simeone jugó a que no le hagan más goles, que en lugar de descontar, un planteo correcto.

El Barça comenzó a disputar un partido inteligente, a no arriesgar por demás y jugar seguro, aprovechando la amplia diferencia en el marcador. Mantener la posesión, darle movilidad y fluír su juego. Cerca del final, Joao Félix abandonó el campo de juego bajo una lluvia de silbidos. Al igual que en la primera vuelta, el portugués volvió a marcarle al Atlético de Madrid.

El resultado no se movió, pese a que el Barcelona pudo aumentar la diferencia, y el conjunto blaugrana goleó al Atlético de Madrid por 3-0 en el Cívitas Metropolitano. En el cierre, fue expulsado Nahuel Molina para profundizar una noche oscura. Un triunfazo con todas las letras para el Barça que, tras la caida del Girona, se ubica en la segunda posición de LaLiga EA Sports y deja al elenco de Simeone fuera de los puestos de UEFA Champions League. 

El Barça no comenzó jugando bien, sino que supo cuando golpear y aprovechar las chances que generó. Su juego apareció luego de la contundencia. El primer tiempo fue para el olvido, pero en la única jugada colectiva Joao Félix no perdonó. Los de Xavi castigaron en dos momentos clave: en el final de la primera mitad y en el inicio de la segunda. Eso significó un mazazo para el Atlético de Madrid, que se vino abajo y se tornó muy vulnerable.

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