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Abusos sexuales, trata y pornografía infantil: la oscuridad de la Iglesia de la Luz del Mundo
Vio la luz en 1926 en México, más precisamente en Guadalajara. Se extendió por diversos países y cuenta con casi 200 mil adherentes. Podría decirse que nació con un nombre barroco: Iglesia del Dios Vivo Columna y Apoyo de la Verdad, La Luz del Mundo.
Si existiera el diablo, metió la cola en esa congregación. Sin embargo, las explicaciones sobre violaciones y tráfico de personas y niños y niñas es un acto humano. Y, en La Luz del Mundo, ese humano es el líder carismático Naasón Joaquín García, “el apóstol de Jesucristo”, como le gustaba que lo llamaran.
Con doble nacionalidad, mexicana y estadounidense, García era el encargado de la iglesia para Estados Unidos y durante años estuvo al frente de las congregaciones en California, Arizona y Texas.
García llegó a “un acuerdo” con la Fiscalía de California para evitar ir a juicio. Pasará, tal reza el pacto con la Justicia humana, 17 años en la cárcel. Lo imputaban por 19 cargos graves y reconoció tres. Los suficientes para ir a prisión –si completa la condena- hasta que cumpla los 70 años.
Decenas de víctimas pasaron por los tribunales para narrar los sometimientos del autoproclamado apóstol. Salieron a la luz abusos sexuales, posesión de pornografía infantil, tráfico de menores, nada que pueda iluminar la iglesia que lideraba.
Si sus defensores no sellaban un acuerdo, la fiscalía daba por sentado que pediría cadena perpetua porque los denunciantes pasaron por pericias forenses y aportaron pruebas irrefutables.
“¿Cómo pueden hacer un acuerdo con un violador de niños y traficante de personas?”, dijo Sochil Martin, una mujer que perteneciendo a esa iglesia se animó a ser la primera en decir la verdad sobre García. Fue su propia tía quien la acercó a Samuel Joaquín Flores, el padre de Naasón, en 1998, quien en nombre de la religión abusó sexualmente de ella apenas conocerla.
Sochil Martin cuenta que, cuando era el líder de La Luz del Mundo, Flores la hacía participar de bailes eróticos y luego, adolescente, se valía de ella para que Sochil acercara a otras adolescentes.
Tras más de dos décadas traumáticas, convertida en “asistente” de Naasón García, era una especie de esclava de padre e hijo. En 2014 murió Samuel Flores, impune. Sin que sus conductas aberrantes salieran a la luz.
Desde los 16 años “Naasón comenzó a abusar de mí en todos los aspectos”.
Pasados 17 años del comienzo de ese calvario, en apenas tres meses se fueron presentando otras mujeres que relataron situaciones del mismo tenor. El fiscal general del Estado de California tomó el caso y dijo que “la condena” resulta “un mensaje claro de que los abusos sexuales nunca serán aceptables en California”.
Sin embargo las víctimas saben que no se llegó a la condena. Hubo sí un recurso legal para evitar el juicio. Quizá con ello muchos secretos queden en la oscuridad.
Además de las perversiones por las que lo denunciaron es posible que Naasón García sea delirante. Se jactaba “de tener cinco millones de seguidores en 50 países”. Algo que por supuesto no está ni por asomo cercano a la realidad.
Para evitar el juicio aceptó haber obligado a dos menores de edad a que le practicaran sexo oral y haber cometido actos lascivos en contra de una de ellas.
El acuerdo –una negociación- se llevó a cabo cuando estaba por comenzar la selección de los 12 miembros del jurado que debían haber escuchado durante largas sesiones los testimonios de las víctimas.
Quedará por saber quiénes financiaron las inversiones en templos opulentos y viajes por decenas de países por parte de García y otros autoproclamados apóstoles. Un detalle escalofriante de los fondos que maneja –o manejaba- este grupo es que tras ser detenido, la Justicia fijó la fianza para su libertad mientras se llevaba adelante el expediente. La suma fue de 90 millones de dólares, dicen que la más alta de la historia de California. Y la fianza fue pagada por La Luz.
Por lo menos desde 2020, el FBI había tomado cartas en el asunto y había infiltrado a uno de sus agentes cuyo testimonio figura en el expediente y lo reproduce la cadena británica BBC. “El señor García estaba en la ducha. Ella (una denunciante) entró para bañarse con él y lavarlo, desnuda. Ella describió que la tomó por los hombros y dijo: ‘me empujó abajo hacia el suelo’. De rodillas, ella le hizo sexo oral”.
Es uno de los casos que García no negó. El agente agregó que García “al ser el apóstol de Dios nunca podría ser juzgado por su acciones". En otro párrafo del extenso expediente, agrega otros detalles que resulta hiriente reproducir.
Quizá, creyendo el personaje que había creado a imagen y semejanza de su padre, la Justicia pudo recoger miles de mensajes de texto, videos explícitos e imágenes pornográficas que se suman a la contundencia de las denuncias.
El juicio se prolongaría al menos por seis semanas. Hubiera servido para confirmar, una vez más, que en los ámbitos religiosos viven muchas personas que hacen del abuso sexual y el sometimiento un hábito.
El acuerdo dejó en ascuas a miles de seguidores que empezaron a salir espantados cuando se supieron las oscuridades que guardaban García y La Luz del Mundo.
“Denos paz, no un acuerdo”, reclamó Sochil Martin en un comunicado. Cinco personas que abandonaron el culto dijeron en Guadalajara a un periodista de El País de Madrid haber recibido amenazas o ser víctimas de acoso aun con García preso en California.
La Luz del Mundo defendió hasta la inocencia de su líder y acusó a la prensa de mentir y tergiversar la información hasta el momento en que se enteraron que García reconocía al menos tres crímenes aberrantes.
En la página web de La Luz quedó congelada una última frase: “El Apóstol de Jesucristo Naasón Joaquín García es guía espiritual y maestro de nuestra fe”. Tras el acuerdo no hubo más luz por parte de esa congregación.
