Hasta 2006 Álvaro Videla vendía ravioles y comida casera puerta a puerta en su Durazno natal. Luego se dedicó al software y la vida lo llevó a trabajar en Apple y en otros monstruos de la tecnología. Además, creó un programa informático que fue utilizado por el presidente de Francia, Emmanuel Macron, para enviar miles de correos electrónicos a sus seguidores durante la campaña electoral. Instalado en Suiza y junto a los también uruguayos Florencia Grattarola y Sebastián Navas se sumergieron en un proyecto de investigación que por ahora está estampado en el blog “A computer One’s Own” (Una computadora propia) y que va camino de convertirse en un libro que reivindica la historia de 24 mujeres que hicieron imprescindibles aportes a la computación y a la industria del software y que hoy están invisibilizadas. Entre ellas figura la uruguaya Ida Holz. Videla mantuvo este contacto vía mail con El Observador:
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