Carlos descendió del ómnibus con un mameluco amarillo, zapatones azules de tipo quirúrgico, tapabocas y una valija. Un barbijo cubría su boca pero sus ojos expresaban la alegría que generalmente se acompaña con una sonrisa. "Fue casi volver a nacer", dijo este martes al llegar al hotel Regency Way en el barrio Villa Dolores uno de los 36 tripulantes con coronavirus del crucero Greg Mortimer que terminará de cumplir la cuarentrena aislado en ese edificio hasta poder regresar a Honduras, su país se origen, en el que lo esperan su esposa e hijos.
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