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Mucho más que juegos

Se hicieron esperar siete años, pero finalmente la PlayStation 4 y Xbox One ya están aquí. La nueva generación de consolas de videojuegos llega con una ambiciosa apuesta: convertirse en el centro de entretenimiento del hogar
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07 de diciembre de 2013 a las 05:00


Hace poco más de una década surgió la llamada sexta generación de consolas de videojuegos, encabezada por la Nintendo GameCube, la Xbox de Microsoft y la PlayStation 2 de Sony. Fue el inicio de la era de los 128-bit, tecnología que permitió el desarrollo de juegos con una calidad desconocida hasta ese entonces, por ejemplo, la primera versión en 3D de la exitosa saga Grand Theft Auto. También marcó el surgimiento de una nueva forma de interactuar con otros gamers, los juegos online.

Alrededor del año 2005 apareció la séptima generación de consolas. La Wii y, en menor grado, la Xbox 360 y PlayStation 3 entendieron que podían apuntar no solo a los gamers, sino a toda la familia. Los sensores de movimiento permitieron crear una forma intuitiva de jugar, porque el control remoto era el propio cuerpo. En vez de apretar dos botones y mover una palanca para pegarle a una pelota virtual, el usuario solo tenía que hacer el mismo gesto de la vida real.

Con la salida al mercado de la Xbox One el 22 de noviembre terminó la serie de lanzamientos de la octava generación de consolas. Una semana antes había comenzado la venta de la PlayStation 4 (PS4) y hace exactamente un año atrás había salido la Wii U. La apuesta de estas nuevas consolas es aún más ambiciosa: convertirse en el centro de entretenimiento del hogar, en el amigo inseparable de la televisión del living.

Todo en uno


A través de funciones que van desde navegar en internet o hablar por Skype hasta ver películas en Netflix o con la lectora de Blu-ray, las consolas de última generación buscan robarle el puesto al control remoto, a la canalera del cable y a la computadora al mismo tiempo. En otras palabras, hacen inteligente a cualquier televisor. Es una ambiciosa apuesta que Wii U ya ha perdido.

Entre abril y octubre de 2007, la Wii (lanzada en noviembre de 2006) vendió 7,2 millones de unidades. Sin embargo, en el mismo período pero de este año, la Wii U apenas llegó a 460 mil ejemplares. De hecho, la consola original se vendió mejor que la nueva en esos seis meses.

Pero ni a Sony ni a Microsoft parecería haberles importado el fracaso de Nintendo. Los números parecen darles la razón: en la previa, ambos generaron filas de fanáticos en las puertas de las tiendas, en las primeras 24 horas vendieron un millón de unidades y a los días se agotaron en mercados del tamaño de Estados Unidos y Gran Bretaña.

En Uruguay, la situación es un poco distinta. La Xbox One todavía no tiene fecha de distribución en el país y, si bien la PS4 ya fue presentada, se agotó en cuestión de horas. Según Hernán Almada, gerente de producto de Sony, se trajeron 150 consolas para exhibición, pero se vendieron antes de alcanzar los estantes de muestra. En el correr del mes llegarán otras 500, pero como las tiendas de electrónica ya tienen gente en lista de espera, Almada no cree que demorarán en desaparecer también. La demanda mundial ha sobrepasado a Sony.

La mala noticia es que probablemente la Xbox One y PS4 no se consigan para la temporada navideña en Uruguay. El consuelo es que, si los usuarios esperaron 7 años para tener la nueva generación de consolas, unas semanas más no les quitarán el sueño. El sueño desaparecerá cuando tengan las consolas en sus casas, prontas para jugar.

Encuentre las diferencias


Con la salida de Xbox One y PS4 tan cercanas en el tiempo la pregunta de cuál es mejor se hace todavía más crítica. Cada una tiene sus ventajas dependiendo de qué busque el usuario.

Para empezar, existe una leve diferencia de precio entre ambas. En Estados Unidos, la PS4 se vende a US$ 399 (el sensor de movimiento, la PlayStation Camera, se vende aparte a US$ 59), mientras que la Xbox One vale US$ 499 (con Kinect incluido). Por lo pronto, la PS4 vale US$ 1.199 en Uruguay más US$ 149 de la cámara. Como suele suceder con la tecnología en estos lares, es de esperarse que el precio de la consola de Microsoft también se multiplique por tres.

En lo que respecta a la apariencia, ambos aparatos pueden lucirse con orgullo en el living del hogar, tal como está previsto que lo hagan. No obstante, la PS4 es más delgada y ligera que la Xbox, lo cual la hace más atractiva y portable, ideal para llevarla de vacaciones o a la casa de amigos. En lo estético, la contra de la consola de Sony es que el usuario demorará unos (varios) segundos en descifrar cómo se prende y apaga, o se mete un disco.

En cuanto a los controles, Microsoft anunció orgullosa que incluyó más de 40 mejorías. Sin embargo, los cambios no son tan dramáticos como en PlayStation, donde entre el control DualShock 3 y el 4 las diferencias saltan a la vista. La inclusión de un touch pad y parlantes son las principales mejorías, las cuales se disfrutan particularmente en juegos como Killzone. Otra novedad es el botón Share (“compartir”), ubicado en el propio joystick, muy de la mano de la tendencia impuesta por las redes sociales.

Quienes han probado ambas consolas afirman que, en cuanto al sensor de movimiento, Xbox One y su Kinect siguen liderando. Según el diario británico The Guardian, la detección de movimiento mejoró y el nuevo comando de voz funciona bien, particularmente en el juego Dead Rising 3, donde uno puede pedir refuerzos para matar zombis a gritos.

En mi experiencia jugando al título de baile Just Dance 2014 en la PS4, la PlayStation Camera funciona con precisión. El problema es que la navegación dentro del juego se hace con el DualShock, lo cual es mucho menos intuitivo que usar el cuerpo (como ya sucedía en Xbox 360), y obliga a estar agarrando y dejando el control todo el tiempo, algo que resulta molesto para el bailarín.

Lo mejor


Xbox One y PS4 también tienen funciones que los hacen únicos. En el caso de la consola de Microsoft, su gran singularidad es la multitarea: es posible jugar y al mismo tiempo ver en la pantalla alguna otra función o aplicación (no juego). Por ejemplo, el gamer puede buscar en Internet Explorer trucos para Ryse: son of Rome sin salir del título.

Por su parte, PS4 ofrece la opción Remote Play, que permite seguir jugando una partida en la consola PlayStation Vita. La viceversa también funciona porque, al regresar, es posible cargar la jugada en la consola principal de nuevo, para disfrutar del esplendor de la pantalla de la tele.

En este punto es donde la PS4 y Xbox One se vuelven a hermanar. Es tal el nivel de gráficos que permiten ambas consolas y que han alcanzado las empresas desarrolladoras de videojuegos, que algún distraído podrá confundir una partida de NBA 2K14 con un partido de la NBA o una escena de Assassin’s Creed IV: Black Flag con alguna película de piratas. Desde el movimiento de los personajes hasta el arte de los entornos se ven naturales y fluidos como nunca antes.

En definitiva, la transformación de las consolas de última generación en centros de entretenimiento es un bienvenido plus. Pero quien se compra una PS4, Xbox One o Wii U quiere jugar. Lo de las funciones multimedia es una excusa de gamer para convencerse (o convencer) de la importancia de semejante inversión.






Tres juegos exclusivos de PlayStation 4


Knack (US$ 59,99). Este juego del género aventura gira en torno a Knack, un superhéroe de tan solo un metro de altura al que la humanidad tiene que recurrir cuando se ve bajo amenaza.

Killzone: Shadow Fall (US$ 59,99). El nuevo juego de la saga de acción mantiene la violencia, velocidad y sonido envolvente. En él, los refugiados Helghast sobreviven 30 años después de la devastación de su planeta natal.

Resogun (US$ 59,99). Perteneciente al género shooter, este videojuego invita al jugador a luchar por su superviviencia, mientras el mundo que lo rodea se desmorona con gran realismo.


Tres juegos exclusivos de Xbox One


Ryse: son of Rome (US$ 59,99). El caballero Marius Titus busca vengar la muerte de su familia y recuperar su honor en un juego de acción y aventura que incluye desde estrategia hasta combates cuerpo a cuerpo.

Forza Motosport 5 (US$ 59,99). En juego de carreras que cuenta con imponentes gráficos y plantea una competencia en la que el rival aprende el estilo de manejo del usuario para intentar vencerlo.

Dead Rising 3 (US$ 59,99). El protagonista de este juego de acción deberá escapar de Los Perdidos, una ciudad infestada de zombies, antes de que un golpe militar intente borrarla del mapa.


Tres juegos para ambas consolas


FIFA 14 (US$ 59,99). La edición número 21 del simulador de fútbol promete ser la mejor hasta la fecha. Agrega funciones para ajustar los tiros y la precisión en el movimiento, entre otras.

Just Dance 2014 (US$ 39,99). Imitar al coreógrafo de la pantalla es también la consigna de esta última edición del videojuego, que fue presentado este año con nuevos pasos y más de 40 éxitos bailables.

Call of Duty: Ghosts (US$ 59,99). El videojuego de shooter se ambienta en un mundo donde Estados Unidos está devastado y debe enfrentarse al ataque de los sudamericanos, liderados por Venezuela.



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