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Microsoft está luchando por verse bien

Bajo el liderazgo de Satya Nadella, la empresa está repentinamente intrigando a desarrolladores, seduciendo a los clientes y creando productos y servicios que la gente realmente querría usar
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11 de mayo de 2015 a las 05:00
Algo muy extraño está sucediendo en el mundo de la tecnología: Microsoft se ve bien de nuevo.

El cándido y sin estilo padre suburbano del mundo digital estadounidense, –fabricante de Clippy, Vista y Zune– está repentinamente intrigando a desarrolladores, seduciendo a los clientes y creando cosas que la gente realmente querría usar.

Ahora pilotado por Satya Nadella, un negociador de Microsoft de 47 años de edad, el gigante de la tecnología de US$ 390.000 está haciendo amigos con un ejército de desarrolladores, administradores y anteriores antagonistas que están ayudando a fortalecer el software y difundir la palabra.

Con solo un año en el trabajo, Nadella, el tercer  presidente ejecutivo de Microsoft en 40 años, ha empujado al titán tecnológico hacia un territorio sorprendente, develando una versión gratuita de Windows 10 que promete solucionar los pecados de sus predecesores  al mismo tiempo que se porta bien con start-ups y estudios que en un momento le dieron la espalda.

Pero el gigante con base en Redmond, Washington, está usando su presupuesto colosal, incluidos los 11.000 millones de dólares que gastó el año pasado en investigación y desarrollo, con la esperanza de forjar la próxima generación de tecnología. Una de las apuestas más arriesgadas en el año: los HoloLens, unos lentes de realidad aumentada al estilo ciencia ficción que proyectan hologramas sobre la realidad.
Cosas como el HoloLens muestran que esta es una compañía que todavía pelea fuerte por producir nuevas ideas, algunos funcionarán. Algunos no... pero todo el mundo está prestando atención", dijo Brad Reback, un director gerente y analista de Stifel Nicolaus

"Cosas como el HoloLens muestran que esta es una compañía que todavía pelea fuerte por producir nuevas ideas", dijo Brad Reback, un director gerente y analista de Stifel Nicolaus. "Algunos funcionarán. Algunos no... pero todo el mundo está prestando atención".

El año pasado, Microsoft invirtió fuertemente en su consola Xbox One y gastó US$2.500 millones en comprar Minecraft, uno de los videojuegos con mejores ventas. Además, anunció software muy esperado, como el paquete Office para el iPad.

De amores y desencantos


La semana pasada, la compañía se hizo viral con un analizador de imagen que estimaba (con diferentes grados de éxito) la edad que alguien solo con subir una fotografía y con el anuncio de que Windows inaugurará el emoji de la mala seña, que se podrá compartir en seis tonos de color de piel.

Microsoft nunca ha tenido lanzamientos fuertemente publicitados como el iPod de Apple o el iPhone. Pero en la era de Bill Gates, la compañía demostró un entusiasmo difícil de igualar en la industria tecnológica temprana. Hace veinte años, miles de personas esperaban en fila para pagar US$90 por su nueva copia de Windows 95.

Incluso Wall Street encontró en Microsofr algo que amar. Sus acciones han subido un 15% desde el mes pasado y un 40% desde 2013. Incluso los inversores que en el pasado prefirieron la comodidad de una pequeña start-up están de repente alabando el nuevo liderazgo de la principal compañía.

En los años después de la renuncia de al cargo de jefe ejecutivo en el año 2000, las emisiones de la compañía comenzó a perder en cada uno de sus movimientos en el mercado tecnológico, cediendo terreno a Google, Apple, Amazon y muchos otros en lo referente a smartphones, motores de búsqueda  y social redes, así como música en línea, libros y anuncios.

Un nuevo rumbo


Bajo la vigilancia de Nadella, los analistas dicen que Microsoft ha cambiado radicalmente su tecnología, desde lo más básico.

Se ha renovado una de sus ofertas más polvorientas, como es el Internet Explorer, y planea dar a conocer un nuevo navegador aerodinámico, Edge, para competir con Google Chrome. Y Windows 10, que se estrenará en invierno, está diseñado para ejecutarse en casi todos los dispositivos en el mercado, incluyendo computadoras portátiles, tabletas y teléfonos inteligentes.

Más notablemente, Windows 10 se ofrecerá de forma gratuita a los millones que ahora trabajan con Windows 7 y 8, transformando lo que antes fue una de sus minas de oro en una nueva forma de ganar la lealtad de sus consumidores.

Nadella ha cambiado el rumbo de la empresa de vender discos cargados con software a sus usuarios cada algunos años a vender suscripciones a servicios en la nube, como Office 365, que permite usar Outlook, Word y Excel desde a web.

A futuro


Microsoft es optimista sobre los resultados que estos cambios le traerán.  Nadella espera que los beneficios empresariales de la nube se tripliquen en tres años. La empresa sigue siendo de las tecnológicas más colosales del mundo: 1.500 millones de dispositivos en todo el mundo funcionan con Windows y 300 millones de computadoras personales con Windows como sistema operativo se venden cada año. La empresa tuvo ganancias de US$22.000 millones el año pasado, lo suficiente como para comprar Twitter. Y todavía tiene US$95.000 en la mano.

Pero con sus 118.000 empleados y un imperio tecnológico mundial, Microsoft nunca será tan nuevo o ágil como las mas nuevas start-ups de Silicon Valley. A la empresa le faltan los proyectos casi utópicos de Google o el estilo de Apple. Campañas como la del Windows Phone han sido decepciones costosas, mientras que las innovadoras computadoras como Surface aun están por debajo de las ventas y la popularidad del Ipad.

Según los analistas, los HoloLens marcarán una de las pruebas de fuego que determinarán si el nuevo Microsoft puede restituir su antigua gloria. Aunque algunos de los que los han probado los han definido como la tecnología más increíble que han visto, otros han dicho que pierde en algo muy básico, como es el campo de visión limitado de los lentes.

Los riesgos son enormes. Incluso si los HoloLens superan a sus rivales, como el Oculus Rift de Facebook, no hay garantía de que la gente quiera ponerse un gran armatoste en la cabeza para usarlo de computadora.

La compañía que una vez se irguió como un monopolio tecnológico está haciendo un buen trabajo en no mostrar la tensión. En otras palabras, la lleva con tranquilidad. Como dijo el ejecutivo de Microsoft Dave O'Hara: “Para nosotros es más sobre lo que los clientes quieren y menos sobre la competencia”.

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