Meitu: los secretos de una app viral

Algunas app tienen un "no se qué" y logran enamorar a los usuarios. En el caso de Meitu, una app china de retoque fotográfico, su "encanto" radica en generar una selfi con la estética de las caricaturas asiáticas, lo que incluye piel lisa, pómulos perfectos, ojos brillantes y labios carnosos.

Aunque existe desde 2008, Meitu -disponible para iOS y Android- se lanzó en enero en Estados Unidos, Europa y América Latina y, en pocos días, se convirtió en el fenómeno viral de las tiendas de aplicaciones. Cada mes, más de 450 millones de personas publican más de 6.000 millones de fotos. Pero la belleza virtual que concede Meitu no es gratis.

El uso de la app es sencillo. Se sube o se toma una fotografía –Meitu aconseja que el pelo se coloque detrás de las orejas para mejores resultados–, se elige un filtro de color y luego se aplican los retoques deseados. Entras las opciones aparece "angelic" (angelical), "blossoms" (flores), "fairy tale" (cuento de hadas), "New Year" (año nuevo chino), "petals" (pétalos), "mermaid" (sirena) y "baroness" (baronesa china). El resultado es una caricatura propia del animé y de buena calidad. Ahí está la principal diferencia con otras apps de alteración fotográfica como Instagram, Prisma o Facetune.

Meitu también permite generar collages, montajes y otros efectos fotográficos; el resultado siempre se puede compartir en las redes sociales.

La aplicación cuenta con una función "belleza" que permite eliminar imperfecciones en la piel y hacerla parecer más blanca, un "ideal" de las jóvenes chinas. Por este motivo, Meitu se ganó su primera crítica. "Tenemos que ampliar la idea de belleza", dijo su director financiero, Gary Ngan a The New York Times. "No se trata solo de una determinada forma de pensar sobre la belleza asiática. Se trata de hacerte feliz. Y la belleza es sinónimo de felicidad, de alguna manera, porque normalmente te sientes más feliz cuando te ves más bello", expresó. No todos están de acuerdo y se ha desacreditado a Meitu por promover un estándar imposible de replicar en la vida real.

El otro problema de Meitu es que, por más que sea la app del momento, es aconsejable no descargarla en su dispositivos. Cualquier app de retoque fotográfico pide permiso para acceder a la cámara y a la carpeta de almacenamiento y quizás acceso a internet. Pero Meitu no se detiene ahí. Al instalarla requiere acceso a la ubicación del usuario, al número de teléfono, al registro de llamadas y de mensajes de texto y pide para ejecutarse automáticamente al encender el teléfono. ¿No es demasiado para una app de selfis?

Jonathan Zdziarski, un investigador informático, descubrió unas extrañas líneas de código. La app está constantemente revisando si el teléfono está desbloqueado y chequea cuál es la operadora telefónica o la conexión de wifi. La recolección de datos no para en ningún momento si el usuario concede los permisos. La aplicación se iniciará automáticamente en segundo plano cada vez que se reinicie el teléfono. ¿Para qué? Zdziarski especula que la empresa creadora de Meitu vende esa información a terceros para dirigir publicidad a los usuarios.

Para quienes instalan Meitu esto se traduce en banners de publicidad o popups en el navegador web, que pueden hacer que se instalen otras aplicaciones con código malicioso. Pero la información, multiplicada por millones de usuarios a nivel mundial, genera réditos millonarios al año en el mercado de reventa de datos personales.

Los creadores de Meitu aclararon a la revista Wired que obtienen esos datos para operar en su país, el que sufre un férreo control de la actividad en línea, pero afirman que no venden información.