Cuando los desarrolladores de la última secuela de
Mafia revelaron su protagonista, sorprendieron por su arriesgada decisión. No solo se iba a cambiar la saga al hacer un juego sobre la "mafia" que no se centrara en torno a los ítaloestadounidenses, sino que el protagonista iba a ser un hombre negro del sur de los Estados Unidos en la década de 1960. Con este ajuste, no había manera de evitar el candente tema del
racismo.
El riesgo valió la pena: 2K Games confirmó que
Mafia III es el título que más rápidamente se ha vendido en la historia de la empresa desarrolladora, superando a otros monstruos como
NBA2K,
Borderlands y
BioShock. El juego vendió 4,5 millones de copias en su primera semana, según la compañía.
En una industria a menudo criticada por apoyar la idea de que el protagonista típico es un hombre blanco, el de Mafia III, Lincoln Clay, se destaca. Ha habido otros personajes birraciales e incluso protagonistas en otros
videojuegos. Pero aquí se ha puesto a Lincoln –quien busca vengarse de la mafia italiana que mató a su propia familia criminal– adelante de una franquicia importante, haciendo de su color una parte esencial de su carácter.
Objetivo: autenticidad
Los diseñadores no quisieron hacer un personaje cuya raza podía ser intercambiada por otra sin que eso no tuviera efecto en el juego. "La identidad racial de Lincoln surgió de la necesidad de que contara su propia
historia en ese período de tiempo", dijo el jefe de diseño Haden Blackman.
Al inicio hubo algunas discusiones sobre si esta opción significaría una reducción de la audiencia, comentó Strauss Zelnick, CEO de Take-Two Interactive, la compañía matriz de 2K Games, pero rápidamente se convirtió en una discusión sobre cómo representar fielmente la época sin ser víctimas de la explotación o del sermón. "Tenemos que estar seguros de que las palabras pertenecían a los personajes", afirmó Zelnick.
Para la investigación, los desarrolladores de Hangar 13 leyeron cientos de testimonios de afroamericanos que vivieron en el sur de Estados Unidos en la década de 1960 y vieron documentales en busca de las historias y las voces adecuadas para darle autenticidad al juego.
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No todas las opciones han sido bien recibidas.
Mafia III, por ejemplo, generó cierta controversia por hacer uso de la palabra "negro" como un insulto recurrente en los diálogos. Blackman señaló que entendía el debate, pero subrayó que la decisión de utilizar ese agravio fue considerado cuidadosa y equilibradamente. Además, se modificó el juego en respuesta a las críticas.
El estudio también se esforzó por incluir personajes de diferentes orígenes dentro de las comunidades negras y blancas.
Resultó ser una sabia decisión la de mostrar a Lincoln como birracial, más que completamente negro. En parte porque el protagonista podría ser medio siciliano y porque muestra que en aquella época un negro tenía asegurado el maltrato.
Cuerda floja
Por supuesto, el estudio se propuso hacer un videojuego sobre la mafia, no cambiar el mundo. Incluso un buen videojuego puede no ser el mejor vehículo para un comentario social sofisticado. Y al final del día, Lincoln sigue siendo un gángster y
Mafia III tiene su parte de extrema violencia. Blackman expresó que quería asegurarse de que el juego era divertido y apropiado para su género y también Lincoln tiene su cuota de defectos.
"La reacción de la mayoría de los críticos y de los jugadores es que caminamos por esa cuerda floja bastante bien", apuntó Blackman. "Hemos recibido una gran cantidad de comentarios de los jugadores afroamericanos que aprecian un personaje que representa la diversidad y que no estábamos huyendo de lo que eso significa".
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Más diversidad
Los protagonistas de los videojuegos en su conjunto se están convirtiendo en un grupo más diverso.
Watch Dogs 2, que saldrá a finales de este mes, también está protagonizada por un protagonista negro, un hacker llamado Marcus Holloway. Esa decisión también provocó cierta controversia, incluyendo al menos una queja de que no es realista tener un hacker negro porque "los negros no saben cómo utilizar la tecnología".
Si las ventas de
Mafia III son un indicador, la inclusión de un protagonista diverso ciertamente no ha hecho daño. "Creo que los consumidores están en busca de una representación de nuestro mundo en nuestro entretenimiento y el arte", dijo Zelnick.