En la película
Día de la Independencia, Will Smith y Jeff Goldblum usaban un virus informático para vencer a los extraterrestres. Aunque suena poco verosímil que un
malware creado por humanos vaya a vencer a un sistema operativo alienígena, ya se han enviado algunos al
espacio (pero no para salvar a la humanidad).
En 2008, un astronauta ruso contaminó, sin quererlo, varias
computadoras de la Estación Espacial Internacional (EEI), a 400 kilómetros de altitud. En su laptop llevaba un programa infectado por el virus w32.Gammima.AG, conocido en ese entonces por degradar el rendimiento de Windows XP y por robar nombres de usuarios y
contraseñas a usuarios de juegos en línea.
Otro astronauta infectó el sistema de abordo con el Stuxnet, un gusano informático que afecta a equipos con Windows. Lo llevaba, sin saberlo, en su memoria USB.
La empresa de seguridad informática Kaspersky calificó a Stuxnet como "un prototipo funcional y aterrador de un arma cibernética que conducirá a la creación de una nueva carrera armamentística mundial". Saltó a la luz en 2010 y desde entonces fue detectado en diversas centrales nucleares.
Luego de estos episodios, la NASA empezó a migrar la red de la EEI y sus computadoras a Linux.
Pero los virus informáticos espaciales no solo fueron resultado de descuidos. En 2007, China interfirió el funcionamiento de dos satélites estadounidenses. Lo hizo hackeando la estación terrestre que los controlaba desde Noruega. En 2012, la Agencia Aeroespacial de Japón investigó la posible filtración de datos de su nuevo prototipo de cohete espacial a través de un virus en una de sus computadoras.