Gregory Berns, profesor de neuroeconomía en la Universidad de Emory, normalmente estudia el cerebro de la gente usando escáners de fMRI (resonancia magnética funcional) para conocer qué estímulos son los que motivan al ser humano. No obstante, una noticia acerca de un perro detector de bombas lo llevó a cambiar de objeto de estudio y preguntarse: ¿por qué los caninos hacen esas cosas para y con nosotros? ¿Es todo por comida o nos aman?
En un intento de responder estas preguntas, Berns entrenó a dos perros, uno de los cuales es su propia mascota, llamada Callie. El objetivo era que entraran en un escáner y permanecieran quietos. Una vez adentro, los perros eran estimulados por señales de mano que indicaban si estaban a punto de recibir algo rico (un pancho) o no.
El primer y único escaneo de cerebros de perros no sedados permitió construir una imagen de la actividad cerebral de esos seres. Su mayor revelación fue que una región del cerebro que se activa en los humanos ante la presencia de algo placentero, también se activa en el caso de los perros cuando, por ejemplo, se les anuncia que recibirán un pancho en breve. Lo mismo ocurre cuando sienten el aroma de sus dueños.
Las personas que no son amantes de los perros quizá no acepten este estudio como una evidencia de los sentimientos de los canes por los humanos. Sin embargo, Berns usa la ciencia y su vida cotidiana con Callie para demostrar su teoría. A fin de cuentas, más allá de que a los perros definitivamente le gustan los panchos, podrían además comportarse igual que los humanos al anticipar y querer otras cosas que les resultan buenas, como el amor de las personas.
Cómo nos aman los perros
En base a estos estudios, Berns publicó recientemente el libro
How dogs love us: A neuroscientist and his adopted dog decode the canine brain ("Cómo nos aman los perros: un neurocientífico y su perro adoptado descifran el cerebro canino"),
disponible en Amazon para Kindle (US$ 7,99), con tapa dura (US$ 18,90) y en versión audible (US$ 17,46).