La fotógrafa observa a una madre leona junto a sus crías, que se acercan al Delta Okavango, en Botsuana, para cruzarlo. Comienza a tomar imágenes pero, de golpe, el felino se lanza al río y todo se vuelve confuso en la lente de la cámara.
Solo cuando Pia Dierickx mira la secuencia de fotos, se da cuenta del espectáculo que había vivido. La leona da un vistazo a la superficie del río que iba a cruzar con sus crías y distingue, apenas asomándose, la cabeza de un cocodrilo que espera pacientemente la llegada de los cachorros. El instinto protector de la madre tarda menos de un segundo en activarse y se abre en combate contra el cocodrilo, según relató la fotógrafa belga al diario británico
Daily Mail.
Afortunadamente para la leona, el cocodrilo no tuvo la oportunidad de hacer su giro mortal porque su boca se mantuvo cerrada entre las patas delanteras de la leona”, dijo la fotógrafa Pia Dierickx
El sentido común diría que el reptil tiene todas las de ganar, ya que la batalla se desarrolla en su hábitat natural. Pero la fuerza y agilidad de la leona lo aventajan de inmediato y, aunque el cocodrilo hunde los dientes alrededor de su hocico, el felino consigue imponerse.
“Afortunadamente para la leona, el cocodrilo no tuvo la oportunidad de hacer su giro mortal porque su boca se mantuvo cerrada entre las patas delanteras de la leona”, contó la fotógrafa, agradecida por el “final feliz” que le tocó presenciar.
Luego del episodio, cada uno se marchó por su lado: la vencedora y sus cachorros, y el cocodrilo, ya vencido.