Amazon acaba de sumar un nuevo proyecto a su lista de
ambiciosas ideas: construir sus oficinas centrales en Seattle, en un edificio futurista de cinco pisos, formado por tres cúpulas de vidrio interconectadas, que contengan árboles adultos. Es decir, hacer una suerte de vivero tecnológico.
Según la
propuesta de Amazon, presentada esta semana a la ciudad, la idea de que las estrucutras esféricas sean lo suficientemente grandes como para englobar a los árboles busca que los empleados puedan "trabajar y socializar en un ambiente más natural, más similar a un parque".
"Además de una variedad de entornos de trabajo, las instalaciones incorporarán comedor, salas de reuniones y de estar, así como también una cantidad de zonas botánicas según los modelos de ecología de montaña que se encuentran alrededor del mundo", se informa en el proyecto de la compañía encabezada por
Jeff Bezos.
El edificio de 300.000 metros cuadrados de Amazon no tiene qué envidiarle al proyecto de
nuevas oficinas de Apple en Cupertino, aunque el tiempo dirá si los empleados de una y otra compañía terminan desarrollando el
alto índice de felicidad que tienen los trabajadores de Google.