En un estudio publicado la semana pasada en
Plos One, investigadores de la Universidad de Salud y Ciencia de Oregon (Estados Unidos) tentaron a una cantidad de pinzones cebra con jugo con alcohol, pero no porque quisieran ayudar a los animales a celebrar año nuevo con estilo.
Los investigadores estudiaron el canto de los pájaros para aprender más sobre el discurso humano, ya que los animales aprenden a cantar casi de la misma forma en que los humanos aprenden a hablar. De hecho, en un estudio reciente se encontró que el canto de los pájaros y el habla incluso dependen de los mismos genes.
No han habido muchas investigaciones sobre el
impedimento vocal que causa el alcohol. Estos científicos en particular hicieron que los pájaros llegaran a un nivel de 0,8% de alcohol en sangre.
“Al principio pensamos que ellos no beberían por su propia cuenta porque simplemente no querrían probarlo”, dijo el investigador Christopher Olson. “Pero ellos parecen tolerarlo bastante bien y están algo dispuestos a beberlo”, agregó.
Al principio los pájaros estuvieron un poco atontados, pero pronto comenzaron a cantar. “Los efectos más pronunciados fueron el decrecimiento en la amplitud y el incremento en la entropía”, dijeron los investigadores
en los estudios. En otras palabras, sus cantos se volvieron más tranquilos y menos organizados.
Pero no todas las partes del canto fueron igualmente afectadas. Las canciones de pinzón están hechas de sílabas específicas. Algunas de esas sílabas se volvieron trinos más incomprensibles.
Los investigadores piensan que esto puede significar que el alcohol afecta algunas partes del circuito del cerebro de los pájaros más profundamente que otras, llevándolos a que los sonidos que produce esa parte del cerebro terminen sonando más descuidados.
Futuros estudios investigarán si el alcohol afecta que los pájaros aprendan nuevas canciones. Así que hay más por saber sobre las canciones de pájaros borrachos.