El problema no son las sillas, sino cuánto tiempo uno permanece sentado. "Incluso si quitaras todas las sillas, como humanos encontraríamos la forma de sentarnos", explicó el doctor James Levine a
Bits, el blog de tecnología del New York Times. Según el investigador sobre estudios de inactividad de la prestigiosa Clínica Mayo, el daño comienza cuando la persona se encuentra en la silla durante más de una hora. Y no importa si luego sale de la oficina a hacer ejercicio.
Incluso si quitaras todas las sillas, como humanos encontraríamos la forma de sentarnos", explicó el doctor James Levine a Bits, el blog de tecnología del New York Times
Por eso se recomienda adoptar pequeñas rutinas de descanso, pararse y caminar de vez en cuando, en vez de permanecer inactivo frente a la computadora durante las ocho horas de la jornada laboral. Los riesgos del sedentarismo incluyen, entre otros, problemas cardiovasulares, diabetes y obesidad, según la Organización Mundial de la Salud.
Este organismo cataloga a la inactividad física como
"un problema de salud pública mundial", que parte de los "comportamientos sedentarios durante las actividades laborales y domésticas", sobre todo. La
actividad física ayuda a reducir todos esos riesgos y los trabajadores comienzan a tomar consciencia de eso.
Un escritorio sin sillas
Un ejemplo para terminar con esta "pandemia" es la estadounidense Toni Yancey, una doctora y docente de servicios de salud de la Univsersidad de California. Según contó a Bits, cuando le toca trabajar en casa opta por leer mientras pedalea en una bicicleta estacionaria. A su vez, en la oficina cuenta con un escritorio-cinta caminadora, un híbrido que reúne lo estático con lo móvil en una sola pieza de mueblería que ya se comerzaliza
en el mercado.
Otra solución es la que encontró Patrick Skerret, editor de las Publicaciones de Salud de Harvard. Skerrett cambió su escritorio tradicional por uno ajustable, que le permite trabajar sentado o de pie, según lo desee. "A veces, me siento porque estoy cansado de estar parado", dijo a Bits, y añadió que de ocho horas de trabajo suele pasar seis fuera de su silla.
No obstante, no todas las compañías permiten o permitirían que sus empleados cambiaran sus escritorios por una corredora o un mueble de altura regulable, por lo que la voluntad de los trabajadores tendrá que ser correspondida con la de los empleadores, para decir "no" a la inactividad.