El problema y la solución se resuelven con una misma palabra: naturaleza. En ella está latente el camino hacia un mundo mejor, pero es tarea de los seres humanos encontrarlo. Y transitarlo.
La consigna del
Congreso Mundial de la Naturaleza, que se desarrolló en Corea del Sur entre el 6 y el 15 de setiembre, tuvo a la naturaleza como prefijo.
Así, todos los temas de la agenda se presentaron, se debatieron y resolvieron a partir de ella. “Naturaleza +” fue el lema de esta vez.
Al igual que cada cuatro años, la
Unión Internacional de Conservación de la Naturaleza (IUCN, por sus siglas en inglés) organizó el congreso que reúne a gobiernos, ONGs, científicos, inversores, representantes civiles y otros organismos, con el fin de discutir los temas medioambientales más urgentes.
Tenemos que alargar nuestros horizontes de tiempo, ampliar nuestras esferas de preocupación, y ampliar considerablemente nuestra atención a las vidas y el sustento de los que están lejos o los que no han nacido todavía”, dijo Khosla en su discurso inaugural
Compuesto por un Foro, en el que los miembros y socios de la IUCN discuten ideas, pensamientos y prácticas de vanguardia, y una Asamblea de Miembros, el cual es un parlamento medioambiental único de gobiernos y ONGs, cada congreso busca trazar los ejes sobre los cuales se trabajará hasta la próxima reunión.
La IUCN fue una “activa participante de la conferencia Río+20”, señala el
documento final del evento, donde se exponen las resoluciones alcanzadas. Y no es casualidad: el congreso tuvo mucho del
espíritu que dominó Río de Janeiro en junio de este año.
La agenda
Articulados a partir del eslogan “Naturaleza +”, los temas que marcaron la agenda del congreso incluyeron la seguridad en la alimentación, el cambio climático, el desarrollo sostenible, las personas y la gobernanza.
La misma urgencia para resolver estos asuntos, que
en su momento señaló el director regional de Unesco, Jorge Grandi, fue apuntada por el presidente de la IUCN, Ashok Khosla.
“Tenemos que alargar nuestros horizontes de tiempo, ampliar nuestras esferas de preocupación, y ampliar considerablemente nuestra atención a las vidas y el sustento de los que están lejos o los que no han nacido todavía”, dijo Khosla en su discurso inaugural.
Por otro lado, aseguró que el éxito de la conservación no depende solo de atender a los imperativos del entorno natural, “sino también a los entornos económicos, sociales y políticos”. Un concepto que el representante de la organización
Vida Silvestre Uruguay, Álvaro Soutullo, había dejado claro en una carta abierta -a título personal-, dirigida al presidente José Mujica.
La solución
Soutullo, quien además es doctor en biodiversidad, investigador del Instituto Clemente Estable y de la Agencia Nacional de Investigación e Innovación (Anii), coincide con el documento final del encuentro. En él se expresa que “la naturaleza es una parte muy grande de la solución a algunos de los desafíos más apremiantes a que se enfrenta el mundo con el cambio climático, la energía sostenible, la seguridad alimentaria y el desarrollo económico y social”.
Por su parte, el delegado de Vida Silvestre cree que durante el congreso se vivió la “percepción de que en la propia capacidad de los sistemas naturales de adaptación y amortiguación de cambios está el potencial para revertir los procesos de deterioro” que hoy en día afectan la calidad del ambiente y las condiciones de vida.
La urgencia también es un factor que se repite, sobre todo por la “profunda preocupación por la noción de que es necesario implementar de forma urgente cambios significativos en las políticas de desarrollo y los patrones de consumo”, señaló Soutullo.
Más allá de la mesa de debate
Durante la asamblea que tiene lugar en el congreso se votan mociones referentes a diversos temas, y se trazan las líneas que guiarán el diálogo y la acción de los años siguientes. Y aunque estas decisiones no tienen, claramente, fuerza de ley ni son obligatorias, “es difícil justificar decisiones técnicas que no estén en línea con las recomendaciones de la IUCN”, sostuvo Soutullo.
Cifras que avalan
La UICN existe desde 1948 como la mayor organización medioambiental de escala mundial. Engloba a más de 1.200 organizaciones miembro alrededor de 160 países, incluyendo miembros gubernamentales y no gubernamentales. También la integran unos 11.000 científicos y expertos voluntarios, agrupados en seis comisiones.