El número de transistores en un circuito integrado – el cerebro de una computadora– se duplicará aproximadamente cada 24 meses”. Esta frase, que cumplió 50 años, sigue siendo imbatible. La llamada “ley de Moore”, plasmada por el cofundador de Intel,
Gordon Moore, es más que una guía para la fabricación de procesadores: demuestra que los precios en el rubro se reducen drásticamente a un ritmo constante al tiempo que se aumenta en rendimiento.
Los primeros transistores eran del tamaño de una goma de borrar de un lápiz. Como resultado de la ley de Moore, más de 6 millones de chips hoy podrían caber en el punto final de esta frase. Por ejemplo, si se compara al primer microprocesador de Intel, el 4004, con los procesadores de 14 nanómetros de hoy, estos ofrecen 3.500 veces más rendimiento y en 1/60 milésimos el costo.
Algunos expertos afirman que la ley de Moore se acabará en torno al año 2020. Los fabricantes han comenzado el desarrollo de chips de 10 nanómetros y se espera que cuando se reduzcan a 5 nanómetros, la ley habrá muerto.