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La inteligencia del autocorrector

Cómo saben los algoritmos detrás de los teclados qué es lo que el usuario realmente quería tipear
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01 de diciembre de 2013 a las 11:00
Poco tiempo después de que Jorge Bergoglio se convirtiera en papa, Nuance, la compañía que vende software de corrección de texto a más de la mitad de las grandes empresas de smartphones, agregó la palabra “Bergoglio” al diccionario del corrector por la masividad que había cobrado el apellido.

Unos años antes de que Barack Obama se convirtiera en presidente, al tipear el apellido en un archivo Word de las versiones 2003 y las primeras de 2007, el programa sugería palabras como “boatman” (barquero) o la terrible “Osama” como correcciones. Irónicamente, esas viejas versiones sí aceptaban el nombre de John McCain, quien fue el candidato a presidente republicano en las elecciones de 2008 en las que ganó Obama por primera vez.

Sin ir tan lejos, los nombres de algunos políticos uruguayos también sufrieron malas pasadas por culpa del corrector automático. Por ejemplo, Word cambiaba el apellido de Reinaldo Gargano a “gargajo” y el de José Amorín a “amorío”.

Como explica la periodista Emma Green de The Atlantic, con el tiempo los autocorrectores se han vuelto más inteligentes y sofisticados. Lo que en la primera mitad de la década de 1990 era un servicio destinado exclusivamente a las personas con dificultades para escribir, hoy es una herramienta fundamental para agilizar la escritura en los dispositivos móviles. En los smartphones y tabletas, el corrector sugiere no solo cambios en el deletreo, sino palabras y hasta frases enteras antes de que el usuario siquiera las empiece a tipear.
Podemos tomar nuestras propias decisiones culturales sobre qué incluir” en el autocorrector, dijo John Lord, representante de esta herramienta de Microsoft

Según el estudio australiano Large scale experiments on correction of confused words, una equivocación en una palabra se evidencia generalmente por el resto de la frase. Esos errores pueden ser descubiertos y corregidos a través de algoritmos, que se basan en diferentes variables como proximidad entre caracteres en el teclado, fonética similar entre las palabras y confusiones gramaticales.

Microsoft, por ejemplo, se centra en sitios como Twitter y Wikipedia para sugerir palabras y nombres. La multinacional analiza factores como cuántos seguidores tiene un usuario en la red social para decidir su inclusión o no en el corrector automático. No obstante, John Lord, representante de esta herramienta de Microsoft, dijo a The Atlantic: “Podemos tomar nuestras propias decisiones culturales sobre qué incluir”. El equipo elige aquellos términos que les gustan o con las que se sienten ideológicamente identificados, siempre respetando las diferencias culturales y linguísticas de las distintas versiones.

Nuance, en cambio, aprende de sus usuarios para decidir las nuevas tendencias en el lenguaje. Según dijo a The Atlantic Aaron Sheedy, vicepresidente en móviles de la compañía, cerca del 30% de sus usuarios optan por el “teclado vivo”. Son dueños de dispositivos de marcas como Samsung, Sony y LG que le dan permiso a Nuance para que aprenda de las palabras que agregan manualmente a sus diccionarios.

Además de tener en cuenta nuevas expresiones y términos, ahora los correctores automáticos son también más personalizados. Los algoritmos analizan cómo suele escribir el usuario en particular y, a partir de ello, sugiere y corrige según los comportamientos de escritura más frecuentes.

La inteligencia de los autocorrectores sigue creciendo, pero las fallas no han desaparecido. No en vano hay sitios enteros dedicados a los problemas de comunicación generados por estas herramientas automáticas.




Cómo enseñarle al autocorrector de tu iPhone




Hay dos formas simples y rápidas de enseñarle a tu iPhone esas palabras que suele corregir incorrectamente. Según el sitio de tecnología Gizmodo, una opción es ingresar a Safari (solo con este navegador funciona) y buscar esos términos que querés agregar. La otra es crear un contacto que en la información (nombre, apellido, dirección, etc.) incluya las palabras separadas por un espacio. Lo mejor es llamar a este contacto "ZZ" y luego tipear los términos deseados, así aparece al final de la agenda y no molesta en el día a día.

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