El cosmonauta Oleg Artemyev estuvo en 2014 casi seis meses en la
Estación Espacial Internacional (EEI), en la que dice que "muy rara vez" se habla de política, y asegura que las relaciones espaciales entre
Estados Unidos y Rusia son "de lo más apacibles".
"Muy rara vez se habla de política en la EEI y si se hace es de manera muy abierta; nunca hay discusiones", señaló este cosmonauta ruso de origen letón (1970) de la Agencia Espacial Rusa (Roskosmos), quien coincidió en su estancia en la EEI con dos
cosmonautas rusos, dos astronautas estadounidenses, uno japonés y un alemán.
Para este cosmonauta, las relaciones entre Rusia y EEUU, también con la
Unión Europea, son ahora de "lo más apacibles" y las tres partes saben que en el ámbito espacial no se puede conseguir algo sin la otra parte o partes: "En el espacio los objetivos se logran trabajando conjuntamente".
Artemyev ha estado estos días en Madrid para conmemorar un aniversario: el 18 de marzo de 1965
Alexéi Leonov, integrante de la misión "Voskhod 2", se convirtió en el primer hombre que salió al espacio exterior. Con su escafandra espacial estuvo fuera de la nave 12 minutos y nueve segundos, unido a ella por una correa de 5,35 metros.
La vida en el espacio es "algo especial y difícil", por la tremenda aceleración que se sufre en los despegues (su misión fue lanzada desde Baikonur en un cohete Soyuz el 25 de marzo de 2014) o por la
ingravidez, subrayó Artemyev, quien permaneció en el espacio 169 días y acumuló 12 horas de paseos extravehiculares.
Una vez que has estado (en el espacio), siempre quieres volver y experimentar y volver a observar lo que ya has visto", dijo Oleg Artemyev
Este cosmonauta lo quiso ser desde que estudiaba en la Universidad Técnica Bauman de Moscú: "Estaba buscando un trabajo interesante y pensé que este podía serlo".
Sin embargo, lo más difícil de su estancia en la EEI fueron los dos
paseos espaciales, afirmó Artemyev, quien declaró estar deseando volver a salir al espacio: "Una vez que has estado, siempre quieres volver y experimentar y volver a observar lo que ya has visto".
Artemeyev, quien esperó 11 años para realizar su primer vuelo, detalla que lo primero que pidió de comer al llegar a la Tierra fue sandía y un pincho de
carne de cordero, aunque los médicos no le dejaron comer esto último.
El cosmonauta que acaba de pasar un chequeo médico que lo ha calificado apto para volar al espacio, relata que científicamente la Estación Espacial ha cumplido las expectativas, "y más allá".
"Fue creada para 15 años y ya han pasado esos 15 años", aclaró este experto de Roskosmos, quien recordó que Rusia y EEUU han propuesto crear de forma conjunta una nueva estación espacial a partir de 2024, un proyecto que está abierto a todos los países.
En esa fecha, la de 2024, es la que en principio terminará el servicio de la EEI.
Artemyev, quien ahora trabaja, entre otros, en el centro de preparación de cosmonautas
"Yuri Gagarin", dice que siempre habrá detractores de la investigación espacial, pero el tiempo y los resultados han ido demostrando que las cosas en el espacio tienen sentido.
El futuro de la investigación espacial también pasa por la inversión privada porque los proyectos son muy costosos, señala.
En cuanto a la Tierra, Artemyev opinó que no se está cuidando bien: desde el espacio se ve todo, las manchas de petróleo, la contaminación o los residuos. La situación ecológica no es de las mejores.