La curiosidad no siempre mata al gato. A veces, hace que el gato se convierta en un asesino sin piedad.
En un estudio realizado con 60 gatos equipados con cámaras que los acompañaban por entre siete y diez días, investigadores de la Universidad de Georgia descubrieron que cerca del 30% de ellos mataron a sus presas, terminando con las vidas de dos animales por semana en promedio.
¿Quiénes eran sus presas? Desafortunados lagartos, serpientes y ranas representaban el 41%. Sin embargo, los gatos se comían solo al 30% de los seres que mataban, según datos del
proyecto Kitty Cams.
Con la ayuda del proyecto
Crittercam de la National Geographic Society, el estudio también encontró que los felinos son grandes aventureros. Casi la mitad de los estudiados cruzaron carreteras y un cuarto comió y bebió cosas que encontraron.
Con 74 millones de gatos en Estados Unidos, el potencial de carnicerías perpetradas por estos felinos son más altas de lo que se pensaba, según la investigación. Más allá de algunos momentos de terror, las evidencias en video y fotografía prueban una lección ancestral que muchos todavía se aplica: más gatos, menos ratas.