Quienes no quieran engordar deberían desconectarse un poco del noticiero, recomiendan los autores de un nuevo estudio realizado en Estados Unidos. Es que recibir malas noticias o mensajes que implican adversidad conduce a las personas a preferir las comidas con más cantidad de calorías, concluye una investigación publicada en la revista científica
Psychological Science.
Según explica el artículo, la percepción de "tiempos difíciles" activa en las personas una suerte de impulso de "vivir el día a día", que en el estudio llevó a que consumieran cerca de 40% más de comida que otro grupo de participantes que recibió mensajes neutrales.
En definitiva, cuando de forma inconsciente las personas creen que se enfrentarán a momentos duros, necesitan comidas que los mantengan satisfechos durante mayor cantidad de tiempo, recoge el portal de noticias de ciencia
EurekAlert!.
Se trata de un "instinto de supervivencia" generado por la percepción de una economía débil, violencia, guerra y divisiones políticas, entre otros ejemplos. Temas como estos fueron los que minaron la última campaña electoral para la presidencia de Estados Unidos, luego de la cual se dieron a conocer los resultados de este estudio, señaló Juliano Laran, profesor de marketing en la Universidad de Escuela de Negocios de Miami, que dirigió la investigación.
Cuantas más calorías, mejor
El estudio llevó a cabo varios experimentos con distintos grupos, a los cuales se les asignó determinadas tareas. Así, al grupo que recibió mensajes negativos luego se les dijo que la comida que tenían para probar era baja en calorías. Este grupo consumió 25% menos de alimentos. Según los autores, esto se debe a que cuando las personas consideran que las fuentes de alimento son escasas, asignan un mayor valor a aquellos más ricos en calorías.
Otra parte del experimento implicó una prueba fictica de un producto conocido: M&Ms. A la mitad del grupo se les dio un recipiente de estos y se les dijo que contenían un nuevo chocolate alto en calorías como ingrediente secreto. A la otra mitad también se les dio a probar M&Ms, pero se les dijo que el chocolate era bajo en calorías.
Si bien no existía diferencia alguna entre los chocolates que les dieron a probar, los autores lograron medir cuánto consumía cada grupo luego de que se les daba mensajes negativos o neutrales. Quienes recibieron las malas noticias comieron 70% más del
bowl con los M&M que, supuestamente, engordaban más.
"Esta claro que no fue el sabor lo que causó las reacciones, sino el deseo de calorías", explicó Laran, quien agregó que estos resultados servirán de insumo para aquellos en el campo de la salud, las campañas de nutrición organizadas por el gobierno y las compañías que busquen promover el bienestar. El experto también llamó a estar atentos a los vendedores de comida, a quienes les podría interesar repartir las malas noticias.