Las empresas privadas que transportan personas registradas en la aplicación
Uber están siendo resistidas por los taxistas de varias ciudades europeas. El problema, afirman, es que la competencia es desleal, ya que no pagan impuestos ni se rigen por las mismas leyes. La app en discordia no tiene nada que ver con
Easy Taxi, que generó
conflictos entre el sindicato, patronal y usuarios de taxis en Uruguay. Sin embargo, el problema es el mismo: la intrusión de la tecnología en el sector servicios y cómo esto afecta a los negocios más tradicionales.
El viernes pasado,
Uber, la empresa originaria de San Francisco, recaudó en una ronda de financiación US$ 1,2 mil millones de diferentes inversores, entre los cuales se encuentra Google, de acuerdo con el periódico
The Guardian. Según publicó la compañía en su
blog oficial, sus inversores la valoraron en
US$ 17 mil millones, una de las cifras más altas en la historia de Silicon Valley para una
startup. La aplicación está presente en 128 ciudades de 37 países, donde Uruguay no está incluido.
Sin embargo, la noticia no resultó tan positiva para los taxistas, que organizan paros en varias ciudades europeas para este miércoles. Los taxistas de Madrid, Barcelona, Londres, Milán y París pararán para protestar contra esta aplicación y pedir su prohibición. En Madrid y París, por ejemplo, ya son 30.000 los taxistas que están bloqueando el tránsito en centros turísticos y otros sitios importantes, informó la cadena
Bloomberg. El problema, sostienen los trabajadores, es que
Uber incumple con las leyes laborales y además no paga impuestos, lo que les da una clara ventaja competitiva.
"Los conductores de
Uber no pagan los impuestos correspondientes, nadie controla si se pasan todo el día y la noche trabajando sin descanso, el estado de su vehículo o la formación de aquél que se pone al volante... No hay ninguna garantía para el consumidor. ¿Y luego dónde reclama si pasa algo, en California?”, dijo Julio Moreno, presidente de la Asociación Gremial de Madrid, al diario
El País.
El servicio de Uber
Uber es una aplicación que permite pedir un vehículo de transporte de manera similar a
Easy Taxi, solo que no se trata de un taxi registrado, sino de un auto privado. Se envía la ubicación, el conductor avisa que realizará el pedido y, mientras tanto, el cliente puede ver el recorrido que hace y llamarlo si demora mucho o quiere darle una mejor descripción de la ubicación.
Las dos diferencias principales con
Easy Taxi son que los precios son muchos más baratos a los de los taxis tradicionales y que el usuario puede pagar con tarjeta de crédito. Además,
Uber permite dividir el costo del viaje entre varias personas y la cifra también es descontada, en fracciones iguales, de las tarjetas de los que hagan el pago grupal.
El foco de
Uber está en cambiar la experiencia del usuario, acostumbrado a los tradicionales taxis. Los autos de
Uber son negros o amarillos, y están disponibles en cinco modelos, incluyendo un Mercedes Benz para la versión más lujosa. Varias reseñas de esta aplicación destacan la
limpieza de los vehículos y la
amabilidad de sus conductores, en contraposición con el servicio de taxis.
La compañía tiene una política publicitaria bastante llamativa. Además de ofrecer cupones, descuentos y demás, la empresa usa técnicas originales. En el Día Nacional del Gato, en Seattle, Nueva York y San Francisco,
Uber organizó un
delivery de gatos en adopción. El cliente pedía su felino mediante la aplicación y recibía 15 minutos de su presencia. Si el cliente quería adoptar al animal, debía hablar con los refugios responsables.
Prohibir o no prohibir
A pesar de las protestas, la Comisión Europea, la parte ejecutiva de la Unión Europea, se pronunció en contra de prohibir a estos servicios. Es que si bien
Uber es la más popular, existen otras similares, como
Snapcar y
BlaBlaCar, genéricamente llamadas de "vehículos de turismo con conductor" (VTC).
Sin embargo, a mediados de abril, la ciudad belga de Bruselas, prohibió el uso de esta aplicación en la ciudad y estableció una multa de 10.000 euros para quien intente usarla.
Por su parte, las empresas de VTC se muestran irritadas ante la protesta de los taxistas, informó la agencia AFP. "La inquietud de los taxis es comprensible", pero hay que diferenciar entre "las nuevas sociedades de VTC, que operan con total respeto de la ley, y las que se salen de la misma", afirmó Yan Hascoet, presidente de Chauffeur Privé.
Para Dave Ashton, cofundador de la firma Snapcar, la huelga es aún más incomprensible en Francia cuando "el informe (entregado al gobierno) es favorable a los taxis".