Todo comenzó hace cinco años con una foto de un perro y los pies de su novia. Ella, Nicole Schuetz, no quería publicar una foto suya en internet porque su iPhone 4 no tenía una buena cámara. La respuesta de Kevin Systrom fue la siguiente: ¿y si la mejoramos con un filtro?
Al final de ese día de vacaciones en Baja California, quien unos años antes había rechazado una oferta de trabajo de un tal Mark Zuckerberg para una red social llamada The
Facebook, había creado el filtro II-X Pro y la primera versión de Instagram. Su idea ahora ha superado a Twitter con 400 millones de usuarios y ha acumulado más de 40.000 millones de fotos.
Systrom nació en Holliston, Massachusetts, pero estaba predestinado para Silicon Valley. Su madre, Diane, trabajó en publicidad y marketing durante el primer boom de las puntocom. Asistió a la Universidad de Standford y pasó un semestre en Italia para estudiar
fotografía.
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Allí reemplazó su cámara Nikon por una Holga que tomaba fotos cuadradas, un formato que se convertiría en la marca registrada de
Instagram.
Al graduarse se fue a Google, donde trabajó dos años en productos como Gmail y Google Docs (y de donde se fue porque se aburría); para luego desarrollar Burbn, su propia app para registrarse en un lugar y publicar imágenes. En 2010, por el capricho de su novia, Burbn se hizo Instagram.
Más de 25 mil personas la descargaron en las primeras 24 horas. En dos meses acumuló el primer millón de usuarios. Dieciocho meses más tarde, cuando la empresa tenía solo 13 empleados y ningún plan de negocios, Zuckerberg volvió a tentarlo; esta vez le ofreció US$ 1.000 millones.