En el recuento de agravios a la privacidad que realizan las grandes compañías tecnológicas, que Google escanee los correos en busca de pornografía infantil debería puntuar muy bajo, si es que siquiera debería ranquear como agravio.
La controversia explotó el mes pasado después de que la Policía estadounidense arrestara a un hombre de Houston por el envío de imágenes de pornografía infantil desde su cuenta de Gmail. El sistema automatizado de Google detectó el contenido y la empresa envió la información al
Centro Nacional para Niños Desaparecidos y Explotados (NCMEC). La detención provocó reacciones negativas de parte de los expertos en privacidad, incluyendo un artículo en el diario
The Washington Post titulado: "¿Qué tan cerca de realmente leer tu correo está Google?".
De hecho, Google (al igual que Microsoft, Facebook y Twitter, empresas que usan tecnologías similares) no está
"leyendo" tus mensajes. Estas empresas utilizan una tecnología de huella digital en la cual Microsoft fue pionera y que permite identificar automáticamente fotos de pornografía infantil conocidas que pasan a través de sus sistemas. Cuando hay una coincidencia, se envía una pista al NCMEC, tal como exige la ley estadounidense. No hay seres humanos revisando cada archivo adjunto ni juzgando si determinada imagen califica o no como pornografía infantil.
Aun así, los más críticos dicen que Google está asumiendo el papel de policía. Si bien la ley exige reportar las imágenes una vez que se encuentran, la compañía no está obligada a instalar un sistema que busque las fotos. Ellos argumentan que el escaneo de correos electrónicos en busca de palabras clave para vender avisos es discutible y
hasta esperable, pero informar a las autoridades de contenidos privados dentro de mails es un paso en bajada en el marco de una pendiente resbaladiza.
Esto quizá sea verdad teóricamente. Según los términos de servicio de Google, la empresa: "Puede revisar el contenido para determinar si es ilegal o viola nuestras políticas". Su declaración general sobre la actividad ilegal podría permitirle escanear el correo en busca de actividades como la piratería o el robo de propiedad intelectual. Este lenguaje abre la posibilidad a casos como el que involucró a Microsoft el año pasado, cuando la compañía buscó en la cuenta de Hotmail de un bloguero información por el presunto robo de secretos comerciales.
Sin embargo, en la práctica, esta medida de Google no significa el inicio de una caída. La tecnología para detectar pornografía infantil fue diseñada exclusivamente para encontrar coincidencias de conocidas imágenes de una base de datos específica. No puede ser usado para buscar texto o actividades criminales en general. Esas búsquedas serían mucho más complicadas y probablemente llevarían a una cantidad mayor de errores. Por su parte, Google ve las imágenes de abuso sexual infantil como únicas moral y legalmente, y dice que es la única situación en la cual la compañía entrega información de la cuenta de un usuario a un tercero.
La explotación de niños es un crimen atroz y Google está haciendo una "vigilancia vecinal proactiva", dice Meg Ambrose, profesora de derecho de la Universidad de Georgetown. Esta es una comparación acertada. La tecnología es especializada y extremadamente precisa, una poderosa herramienta para ayudar a eliminar el contenido que no tiene lugar en nuestra sociedad.