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Galaxy S6: con uñas y dientes

El nuevo niño mimado de Samsung tiene todas las condiciones para atraer nuevo público e incluso conquistar a los fanáticos del smartphone de Apple: es elegante, potente y ambicioso
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26 de abril de 2015 a las 04:18

La rivalidad entre Samsung y Apple ha escalado en poco tiempo al nivel legendario que en otras épocas tuvo el enfrentamiento Microsoft/Apple e incluso puede llegar a más. Pero, en los hechos, el fabricante coreano no había podido combatir aún y en serio el halo de exclusividad y de productos prémium que rodea a los celulares de la manzana. El combate era y es irracional; no se basa exclusivamente en las capacidades y funcionalidades de los smartphones de cada marca, sino sobre todo en la usabilidad, el diseño y la forma en que los consumidores perciben una marca.

Con el Galaxy S6, la guerra cambia de estrategia; deja de ser de guerrillas y se convierte en una batalla campal y frontal. El nuevo dispositivo de Samsung realmente compite con todas sus armas para intentar vencer en una guerra hasta ahora desequilibrada hacia el ejército de la empresa estadounidense.

El primer punto a favor del Galaxy S6 es que por fin abandona todo rastro de plástico en la carcasa. El estilizado nuevo smartphone está hecho de cristal (resistente, el Gorilla Glass 4) tanto en la pantalla como en la parte de atrás del aparato, combinado con metal en sus bordes. Todo esto refina el diseño y el formato, con un resultado claro a la vista y luego en el uso: el Galaxy 6 es un smartphone bello y poderoso.

Samsung parece haber encontrado en su peor enemigo la inspiración para salir de un molde que ya no le funcionaba, como bien había quedado demostrado luego del lanzamiento del S5, un modelo que no conformó a casi nadie y que no logró convertirse en éxito de ventas.

Apple ya había reaccionado ante su competidor con el propio lanzamiento del iPhone 6 y 6 Plus, a la hora de apostar a un tamaño mayor a los de sus anteriores modelos, en busca de competir mejor con las phablets de Samsung. En conclusión, estos últimos meses han sido un extraño caso de competencia beneficiosa para el usuario, con algunos peros.

La reacción


Uno de los peros, que afecta tanto a Samsung como a Apple, tiene que ver con la resistencia de los materiales que usan para construir aparatos que se han convertido en comodines de la vida. Su propia omnipresencia hace que se golpeen, caigan o choquen con otros objetos. Y que se rompan las pantallas. A esta altura, una característica letal que lograría “reventar” el mercado sería una pantalla verdaderamente irrompible, o al menos –para no ser tan ambiciosos– que resista más.

Pero, de vuelta a la realidad, luego de probar el S6 puedo afirmar que se ve y se siente bien.

Para hincarse ante el dios diseño –ante el que todos hacemos reverencias– el nuevo S6 debió ceder algunas de sus características que, paradójicamente, lo diferenciaban (y para bien) del iPhone. Ya no tiene batería removible ni memoria micro SD para extender el almacenamiento e incluso abandonó la capacidad de soportar el agua que tanto se había publicitado en el anterior lanzamiento. No había mucho más remedio: si querés un smartphone superfino, este es el precio a pagar.

Otro de los precios que se paga por tener aparatos ultradelgados (personalmente, a veces creo que este aspecto se lleva al extremo) es que la batería dura bastante poco; en el caso del S6 menos que su antecesor, aunque un poco más que el iPhone 6: siete horas y poco más si se hace un uso intensivo con videos y juegos y hasta nueve horas si la tarea principal es consultar redes o navegar en la web.


Las ventajas


Seguramente muchas serán las personas que se enfrasquen en la discusión de si Samsung copió al iPhone, pero mucho más productivo es analizar qué nuevas funciones del S6 le facilitan la vida al usuario.

Una que inauguró el iPhone y que ahora recoge el nuevo Samsung es la huella como forma de desbloquear el celular. El sistema funciona de forma idéntica y siempre da resultado.

La cámara del S6 es una maravilla tecnológica, pero el diseño que la incluye en el teléfono de forma protuberante (algo que lo emparenta con el iPhone 6) no es la mejor solución para el usuario, porque corre el riesgo de que el lente se raye con más facilidad. Esta es otra consecuencia de lo delgados que son estos teléfonos. Más allá de tecnicismos basta con apuntar en modo automático y apretar el botón para tener un resultado que, para el ojo humano no experimentado, es perfecto.

Otra de las grandes pegadas del Galaxy S6 es su pantalla; con 5,1 pulgadas y su tecnología Amoled, más 2560x1440 píxeles y una resolución feroz a la que no hay nada para criticarle (salvo que destruye la batería, pero qué se le va a hacer).

Volviendo a la batería, si bien el rendimiento de la del S6 no lo aparta demasiado de su competencia, la recarga es veloz. Se puede cargar de forma alámbrica o inalámbrica y, en el primer caso, permite reponer el 50% de su energía en 30 minutos.

En materia de software, Samsung le bajó un tono a su obsesión por utilizar una segunda capa de programación por encima del sistema operativo Android. El famoso Touch Wiz de la marca podía llegar a ser abrumador, con mil y una funciones que daba pereza explorar; pero en este caso se simplifica. Sin embargo, todavía hay demasiadas apps de Samsung instaladas de fábrica (que no se pueden borrar), una característica molesta que Apple utiliza cada vez más con aplicaciones como Consejos y la nueva de Apple Watch. Si de rendimiento se trata, el procesador del S6 es un avión y eso se refleja en un funcionamiento sin interrupciones ni trancazos.

En el competitivo mundo de los smartphones los usuarios reclaman todo en un mismo lugar y con excelente performance: pantalla perfecta y amplia (¡y que no se rompa!), funcionamiento sin interrupciones, batería que dure más y cámaras profesionales. Lindo desafío. Esta vez Samsung se luce y, aunque como su competencia, aún debe mejorar en varios rubros, el S6 es una pieza de ingeniería que encanta.


Lo fantástico


Cámara: De 16 MP y con estabilización óptica, tiene un lente que permite que ingrese 60% más de luz que en modelos anteriores.

Chau plástico: Samsung se luce con un diseño limpio basado en cristal y metal. El cristal de pantalla y parte trasera es de Gorilla Glass 4.

Parlantes: Ahora se ubican en la parte de abajo del celular y son realmente potentes. Para escuchar música sin accesorios extras.


Puede rendir más


Batería: Dura menos que el S5, en parte porque este celular es mucho más delgado y hay que adaptar todo a esta constricción.

Software: Si bien mejora en todo, resulta confusa la repetición de funciones y apps entre las de Samsung y Android.

Cristal atrás: Si no se usa funda protectora, las huellas quedan marcadas; además, es otra chance de que algo se rompa.

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