Hace poco más de un año, el científico y divulgador catalán Jorge Wagensberg llegó a Uruguay con la propuesta de un museo de ciencia que describió a
El Observador como “
rabiosamente moderno”. Su currículum lo avalaba: fue fundador y director del museo de la ciencia de la Fundación “la Caixa” entre 1991 y 2005, y lideró la remodelación que culminó en el hoy llamado CosmoCaixa, con sedes en Barcelona y Madrid, y premiado como mejor museo europeo en 2006.
El proyecto siguió avanzando en las instancias oficiales y esta semana
inauguró una página web, donde se puede acceder al resumen ejecutivo, programa de arquitectura y guión de museografía entre otros documentos, de lo que será el Museo del Tiempo, a estrenarse en 2014.
El Museo del Tiempo será una institución cultural de referencia internacional abocada a la promoción del conocimiento. Será un lugar de encuentro de la sociedad, de la comunidad científica y del ámbito educativo nacional en un ambiente de recreación. Se constituirá en una referencia ineludible para los visitantes de Uruguay”, se indica en su página de inicio
“El Museo del Tiempo será una institución cultural de referencia internacional abocada a la promoción del conocimiento. Será un lugar de encuentro de la sociedad, de la comunidad científica y del ámbito educativo nacional en un ambiente de recreación. Se constituirá en una referencia ineludible para los visitantes de Uruguay”, se indica en su página de inicio.
Ubicado en donde estaba la ex Compañía del Gas, el Museo del Tiempo específicamente se erigirá donde eran las carboneras, mientras que el Museo de Historia Natural, asociado a la otra institución, se emplazará en el edificio del reloj (al lado del dique Mauá). Las áreas abiertas funcionarán como espacios públicos de acceso libre durante el día y para 2015 se proyecta la construcción de una torre observatorio para aprovechar aún más la privilegiada vista que tiene la zona.
Tal como lo indica su nombre, “el leit motif del museo serán las líneas de tiempo, representadas en murales con distintas escalas temporales, donde se mostrarán los hitos que han existido a lo largo de las mismas”. Así, se podrán ver exposiciones interactivas e interdisciplinarias sobre temas que van desde relojes de sol, arena y digitales hasta estudios biomecánicos de colas de gliptodonte, pasando por el tamaño y frecuencia de los latidos del corazón.
Y todo esto bajo el concepto de “museología total”, creado por el propio Wagensberg y aplicado ya en los museos CosmoCaixa. Se trata de un modelo “basado en provocar emociones y goce intelectual. La idea es inspirar historias de ciencia, pero con el lenguaje de la realidad”, dijo el experto catalán.
Con esta manera de contar la historia de la ciencia y el conocimiento, que incluye la incertidumbre y el error, el visitante no solo participa, afirmó Wagensberg, sino que además, “sale con muchas más preguntas de las que tenía al entrar”.
En números
Las paredesEn las paredes centrales del edificio del museo habrán murales pintados por artistas representando los hitos de cuatro períodos titulados: Tira de la vida (4.500 millones de años), Tira de la evolución humana (5 millones de años), Tira de la humanización de América (50 mil años) y Tira de la historia reciente (500 años).
El localEl Museo del Tiempo tendrá una superficie total construida de 8.330 metros cuadrados y otros 2.620 previstos para estacionamiento.
La ramblaEn una de las muestras ya confirmadas se considera la rampla desde el arroyo Carrasco al Museo del Tiempo (20 km) y se proyecta allí un paseo de 4.000 millones de años de evolución biológica animal, donde cada paso son 100.000 años. El trayecto lleva “desde los primeros multicelulares que vivieron en el agua hasta la fauna actual”, se explica. Y se agrega: “Se podría colocar una referencia al Big Bang a 70 km del Museo del Tiempo en Bello Horizonte”.