El tamaño importa

Al momento de elegir el próximo modelo de smartphone, una de las primeras variables a analizar es la dimensión de la pantalla. Aquí algunas pistas para saber cuánto debe medir en función del uso
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09 de enero de 2016 a las 05:00
Chiquitos, medianos y grandes: en el mercado hay celulares para todos los gustos. Como no solo hay muchísimas marcas, sino que cada una tiene varios modelos, elegir el próximo móvil puede ser un verdadero dolor de cabeza.

Para acotar la lista hay ciertas variables clave, por ejemplo, el precio o la marca, pero incluso dentro de los rangos en los cuales nos manejemos es posible encontrar equipos de distintos tamaños, por eso es importante saber qué cantidad de pulgadas conviene que tenga la pantalla del teléfono que vamos a cargar desde la mañana hasta la noche. Vale recordar un reciente estudio realizado en Estados Unidos, que evidenció que la mayoría de las personas revisa su dispositivo unas 214 veces al día, es decir, 1.500 veces por semana.

Actualmente en el mercado la propuesta va desde las 3,5 hasta las 6 pulgadas. Si bien la diferencia en milímetros puede no resultar tan importante, se siente –y mucho– cuando analizamos la portabilidad y el nivel de usabilidad. Por eso, la medida de la pantalla es una de las decisiones más importantes que debe tomar una persona al comprar un smartphone.

Consultado Fernando Leis, director de Marketing de Movistar Uruguay, al respecto, explicó a Cromo que "cada vez toman mayor relevancia los equipos con pantallas de 4 a 5 pulgadas". El ejecutivo comparó la evolución los móviles con la de los televisores: "Antes teníamos un TV de 21 pulgadas, luego pasamos a un 29, después a uno de 32 y ahora cada vez se observan más opciones de pantallas de 42 pulgadas o más. Si bien el entorno de los smartphones es mucho más personal que un televisor, las reglas aplican de forma bastante parecida ya que todo entra por los ojos, por eso el público busca pantallas de mayor calidad, de mayor definición y, poco a poco, de mayor tamaño".

El chiquitín para andar liviano

Según la investigación Consumer Barometer, elaborada por Google en base a datos de 2014 y 2015, más allá de la función propia como teléfono, el 46% de las personas utiliza su móvil para mirar el pronóstico del tiempo; el 58% para escuchar música; el 34% para gestionar su agenda; y el 69% como alarma. Está claro que los usuarios que se sientan identificados con estas tareas no necesitan contar con una pantalla de gran porte: les basta una de 4 pulgadas o inferior.

Los modelos que tienen un display más pequeño suelen ser más resistentes a los golpes y caídas. Por lo tanto, este tipo de teléfono es ideal para los chicos que tienen su primer dispositivo, así como para los usuarios que hacen un uso básico.

Los que optan por este tamaño destacan lo fácil que resulta manipularlos con una sola mano, así como la practicidad de guardarlo en cualquier bolsillo. Hay que destacar que, en líneas generales, estos dispositivos son también los más económicos, aunque obviamente no tienen las características sofisticadas de los smartphones gigantes.

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Tamaño XXL para exigentes

En los últimos meses se multiplicaron las propuestas de teléfonos de gran porte, también llamados phablets (ver Phablet, una palabra que llegó para quedarse). De todos modos, Leis indicó que estos modelos tienen menos demanda que los que llegan hasta las 5 pulgadas. "En líneas generales, las phablets son buscados por los que quieren sustituir la tableta".

De acuerdo con el director de análisis de tecnología de la Asociación de Tecnología de Consumo de Estados Unidos, Steve Koening, los teléfonos móviles serán el "caníbal" de las tabletas en el futuro próximo.

Son varias las razones por las cuales las propuestas gigantescas están en franco crecimiento. Por empezar, se están utilizando para actividades muchos más visuales que auditivas. En este sentido, la investigación Consumer Barometer reveló que el 70% de los sondeados utiliza su smartphone para tomar fotos y videos; el 44% para entretenerse con videojuegos; el 38% para leer diarios y revistas; el 23% para usar el GPS y para acceder a información sobre el tránsito. En síntesis, los usuarios que utilizan en mayor medida su teléfono móvil para estas acciones, se sentirán más cómodos con una pantalla grande, en la que la visualización de letras e imágenes es mucho más simple.

Hay que tener en cuenta que muchos usuarios utilizan a diario aplicaciones de videollamadas como Skype, Line o Viber, y en una pantalla más grande se puede ver mejor al interlocutor. Lo mismo para aquellos aficionados a los videojuegos.

La contracara es que un smartphone de este tipo requiere un procesador de alto octanaje y una batería lo suficientemente grande como para encender un campo más amplio de píxeles suficientemente rápido. Por eso, y aunque no entrará por completo en el bolsillo de una mujer ni en la camisa de un hombre, es que muchos prefieren resignar el confort de la portabilidad por la comodidad en la usabilidad. Y en este punto vale decir que los teléfonos de gran tamaño no pueden manipularse fácilmente con una sola mano, aunque con las funciones de reconocimiento de voz y control del equipo a través de los gestos cada vez es menos necesario tener que escribir y tocar el dispositivo.

En síntesis, las personas que se inclinan por las phablets son aquellas que usan el equipo para trabajar, el público de edad avanzada que necesita leer letras grandes, los amantes de los videos y los fanáticos de los videojuegos.

Pros y contras

Para dar algunos ejemplos concretos de smartphones de alta gama, en el caso del iPhone de Apple, la preferencia es de casi un 80% a la línea de 4,7 pulgadas (iPhones 6S), mientras que el restante 20% se inclina por un equipo con pantalla de 5,5 pulgadas (iPhone 6S Plus), según datos de Movistar.
En el caso de Samsung la tendencia es similar. "En línea S6 Edge existe una mayor preferencia por la pantalla de 5 pulgadas; un 80% elige esa opción, mientras que el esto del público opta por la opción de 5,7 pulgadas del S6 Edge+", ilustró Leis.

Enrique Carrier, experto en telecomunicaciones, comentó que, en líneas generales, las phablets son valoradas por los adultos mayores de 40 años. En tanto, los jóvenes prefieren un tamaño menor para llevar el equipo en los bolsillos.

A la hora de verdad, lo cierto es que una pantalla grande en el móvil agiliza la lectura, dan ganar de consumir contenidos multimedia y es más fácil escribir mensajes y correos ya aumenta la precisión al usar el teclado táctil. Por otra parte, la navegación en internet mejora notablemente comparado con los de tamaño más pequeño, sobre todo cuando hay que ejecutar acciones como presionar enlaces.

Sin embargo, no todo es color de rosa: los teléfonos al ser más grandes son bastante más pesados. El cristal, que ocupa gran superficie del dispositivo, tiene muchas chances de romperse si se cae el equipo. Y cambiarlo por uno nuevo es carísimo.

Además, como el procesador se ve más exigido, el aparato estará entre tibio y caliente. Por otra parte, su costo siempre es superior comparado con las opciones de menor porte.

De cara al futuro, Leis cree que es posible que la tendencia impulsada por los fabricantes de lanzar tamaños de pantalla cada vez más grandes hará que el público comience a volcarse más por equipos de 5 pulgadas o superiores, aunque el límite está dado por mantener un dispositivo que siga siendo portátil y relativamente liviano. "Si la pantalla comienza a ser un elemento que distorsione la portabilidad del equipo, los usuarios van a rechazar opciones más grandes por ser poco prácticas", apuntó.

Gonzalo Ferrand, gerente de Cuentas Mobile en Samsung Uruguay, coincidió: "El mercado actual muestra una clara tendencia hacia las pantallas de gran tamaño. Esto tiene directa relación con el ecosistema de aplicaciones y servicios que integran el uso del smartphone ya que cada vez realizamos más actividades con nuestro teléfono, tanto de ocio como de trabajo. En este sentido, un tamaño de la pantalla amplio acompaña estos nuevos usos y costumbres", resumió.

¿Qué vendrá?

Hay que recordar que en el último tiempo han surgido nuevas pantallas, que son la de los relojes inteligentes. Si bien no han terminado de despegar, poco a poco serán una nueva interfaz de uso del smartphone para funciones rápidas y simples. Y entonces habrá un nuevo concepto: se usará la pantalla que más se adapte al momento o necesidad del usuario: si quiere ver un álbum de fotos, las proyecta en su televisor desde el smartphone y aprovecha una pantalla de 42 pulgadas, pero si quiere responder rápidamente un mensaje lo puedo hacer desde el reloj; y si quiere leer correos, quizás es mejor acudir al teléfono inteligente.

A todo esto, Ferrand adviertió que aún no hemos visto todo respecto al mundo de los celulares: "Dado que la industria se encuentra en permanente evolución, creemos que los tamaños de las pantallas todavía no llegaron a su techo. En este sentido, nuestro desafío es estudiar las necesidades de sus usuarios y diseñar sus dispositivos acorde con sus aspiraciones y deseos", concluyó.

Si bien sobre gustos no hay nada escrito, el ejecutivo de Movistar recomendó: "Antes de comprar un equipo hay que tener presente que se lo utilizará con intensidad durante al menos 2 años, por eso es fundamental sentirse cómodo con el producto". En definitiva, Leis dijo que un smartphone con una pantalla de hasta 5 pulgadas es algo cómodo y que cumple con la mayoría de los usos típicos.

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Phablet, una palabra que llegó para quedarse

Allá por el año 2009, el tamaño medio de la pantalla de un smartphone era 3,8 pulgadas. Sin embargo, paulatinamente los displays empezaron a expandir su tamaño. Según datos a nivel mundial, los dispositivos con pantallas de 4,5 pulgadas o más representan el 80% de los nuevos modelos que se presentan actualmente en el mercado. Hace dos años, los mismos teléfonos representaban menos del 10% de la oferta.

Así, la palabra phablet comenzó a tomar cada vez más fuerza y hace referencia a los dispositivos móviles con pantallas táctiles de entre 5 y 7 pulgadas.

Según el último estudio Mobile Insights Report de la consultora Nielsen, más del 50% de los propietarios de phablet elige estos equipos pensando primordialmente en el tamaño de la pantalla. Luego, lo seleccionan en función del sistema operativo y, por último, se fijan en la marca.
El mismo informe encontró que los usuarios de teléfonos de gran tamaño son 28% más propensos a entretenerse con videojuegos y tienen 33% más probabilidades de consumir videos, comparado con aquellas personas que tienen pantallas más pequeñas.

Un dato más que empuja la adopción de esta nueva "raza de dispositivos": para millones de personas en todo el mundo, el smartphone es un producto de primera necesidad, ya que reemplaza a la computadora. De hecho, muchos solo disponen de un teléfono inteligente para acceder a internet.
Si bien no hay datos recientes en Uruguay, la consultora Strategy Analytics indica que en Estados Unidos y Gran Bretaña, las personas hoy en día ya prefieren las pantallas de 5,3 pulgadas, es decir, las phablets.

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Mi zapatófono y yo

Como le sucede a tantas otras personas, el smartphone se ha convertido en una extensión de mi cuerpo y también es mi secretaria perfecta ya que soy una heavy user: me despierto con su alarma y, de inmediato, comienzo a utilizarlo para un sinfín de tareas. De hecho, llevo mi agenda, contesto los mails, reviso y actualizo las redes sociales. También es mi única cámara de fotos y filmadora.

Además, lo uso como escáner y para comunicarme con amigos y familiares a través de mensajes instantáneos. Como si fuera poco, opero mi cuenta bancaria desde una aplicación de e-banking y tengo todos los contenidos sincronizados en la Nube, por si acaso lo pierdo o me lo roban. Sin embargo, no lo uso como GPS, ya que me di cuenta que con esta funcionalidad estaba perdiendo el sentido de la orientación. Tampoco descargo videojuegos, no miro series de TV (excepto algún video) ni leo e-books.

Actualmente, uso un modelo cuya pantalla es de 5,7 pulgadas. Esta medida hace que muchos se rían del "ladrillo" que llevo en la mano. De hecho, me han dicho que se parece al "zapatófono" del famoso espía de la serie Superagente 86. Lejos de sentirme intimidada por estas palabras, me resulta muy cómodo escribir correos electrónicos extensos. Además, leer los diarios en línea y visualizar las redes sociales es realmente un placer. Sin dudas, no podría cambiarlo por uno más chico.

Sin embargo, debo admitir que no puedo guardarlo en ningún bolsillo, que muchas veces salgo a la calle con cartera solo para llevar mi phablet y que tampoco puedo manipularlo fácilmente con una sola mano. Otro dato importante: Ya rompí cinco pantallas, porque mientras más grande es el display, mayores son las probabilidades que tiene de romperse en caso de que se caiga.

Con sus pros y sus contras, sigo apostando por los teléfonos de gran porte, a la espera de que finalmente se lance al mercado un modelo que se pliegue como una hoja de papel.

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