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El streaming de música suena con fuerza

La reproducción en tiempo real de canciones a través de internet ya genera más ganancias que la ventas de CD, lo cual muestra el alcance masivo de estos servicios, que igual siguen siendo resistidos por algunos artistas
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04 de octubre de 2014 a las 05:00




Por primera vez en la historia, las ganancias generadas por los servicios de música en streaming superaron las ventas de CD en Estados Unidos. Estos datos, publicados la semana pasada por la Recording Industry Association of America, hablan de la consagración de un cambio de modelo de negocio en la industria musical, pero también reflejan la madurez que han alcanzado estas plataformas de canciones que se reproducen en tiempo real a través de internet.

Cuando Apple lanzó iTunes en 2003, parecía que su idea de vender canciones a apenas 99 centavos fracasaría, tal como había pasado anteriormente. Sin embargo, la expansión de internet hacía cada vez más grave la amenaza de Napster, Emule, Ares y otros servicios que fomentaban la piratería. La compañía de la manzana estaba planteando un cambio revolucionario en la distribución, ponderando el tema por sobre el álbum, pero todavía respetaba los derechos de autor.

Las primeras víctimas de este nuevo modelo de negocios fueron las tiendas de discos. El descenso en las ventas de los álbumes físicos los obligó a empezar a cerrar sus puertas para siempre a lo largo del mundo. A su vez, el principal juez de los gustos musicales de Estados Unidos dejó de ser Billboard y pasó a ser el ranking iTunes Top 100. Fue entonces que Apple dio el salto de una empresa de informática a un fenómeno cultural.

Ante el éxito de este modelo de negocio, otras empresas lanzaron sus propios servicios legales de descarga de canciones, lo que luego derivó en el actual éxito del streaming de música a través de la web y aplicaciones, con modelos de suscripción tanto pagos como gratuitos (con publicidad), que permitían reproducir canciones, discos o listas ilimitadas. Y, por supuesto, pese a los múltiples juicios, las plataformas de distribución de canciones sin derechos de autor siguieron existiendo.

En números


El citado informe sobre el estado de la música en Estados Unidos en la primera mitad de 2014 indica que las ganancias de los servicios de streaming, incluyendo los basados en suscripción y los que se sustentan en publicidad, subieron 28% en comparación con el mismo período del año pasado. En total, el sector recaudó US$ 860 millones. En cambio, las ganancias por las ventas de CD bajaron 19%, lo que totaliza US$ 719 millones.

Pero el streaming está siendo tan fuerte que las tiendas online de canciones también se vieron afectadas. Sus descargas comenzaron a descender por primera vez el año pasado, tendencia que se repitió este año. Con una baja del 13%, este rubro obtuvo ganancias por US$ 1,34 mil millones. Igual siguen siendo los más lucrativos de la industria.

Ganadores y perdedores


El streaming de música puede estar creciendo en oferta y calidad de servicio, pero igual sigue siendo resistido por algunos artistas. La semana pasada, el líder y cantante de Radiohead, Thom Yorke, publicó su disco solista Tomorrow’s Modern Boxes para descargar por US$ 6 en el sitio BitTorrent.

Para los músicos, la oferta de BitTorrent supera la de dinosaurios como iTunes y modernos servicios de streaming como Spotify. El mismo fue una vez descrito por Yorke como “la última desesperada flatulencia de un cuerpo moribundo”, metáfora en la cual el cadáver es la industria musical.

Además de quedarse con 30% de las ganancias, Spotify y otros servicios similares le pagan a los artistas según una fórmula que calcula el número de sus reproducciones en función del total. Esto puede llevar a ganancias irrisoriamente bajas y el control que ofrece no es ni remotamente cercano al que permite BitTorrent.

Por el contrario, para los usuarios, los beneficios son menos claros. La reducción de los intermediarios hace que la música sea más accesible en lo económico. Es evidente que si uno puede pagar US$ 6 en vez de US$ 10 lo va a preferir. Pero también es cierto que por US$ 10 uno puede escuchar cantidad de discos por mes mediante los servicios de streaming por suscripción. Además, ahorran espacio de disco en la computadora y, lo que es más crítico, en los móviles.

Tener la música disponible en los servicios de internet en tiempo real ayuda a los músicos a promocionar sus temas y a vender entradas para sus conciertos, que es la forma más segura de hacer dinero hoy en día. Vender discos de forma individual es una pésima y anticuada idea en una era de listas de reproducción con curaduría. Solo Yorke y otros pocos pueden hacer que los usuarios se alejen por un rato del streaming.




Spotify


Con su aplicación y versión web es el rey del streaming de música en Uruguay. Tiene más de 40 millones de usuarios activos, de los cuales 10 millones pagan US$ 5,99 mensuales para evitar los avisos publicitarios de la versión gratuita. Tiene un variado repertorio de canciones, aunque con un gran debe: la discografía completa de Los Beatles. Uno de los fuertes de Spotify son sus 1,5 mil millones de listas de reproducción con curaduría y para todo tipo de situaciones, desde “La banda sonora para un funeral” hasta “Operación bikini”. Funciona también como una red social en la que los usuarios se pueden seguir y compartir música. Pero Spotify no está libre de problemas. Los artistas se quejan de lo poco que el servicio les paga por reproducir sus creaciones. De todas formas, parece irle bien, ya que este año ha dado indicios de estar por salir a cotizar en bolsa.


Grooveshark


Grooveshark es como Napster a principios de los 2000: no es el único servicio que permite escuchar música pirateada, pero es el centro de todo el odio de la industria musical. Ha sido demandado numerosas veces por las discográficas EMI, Sony, Universal y Warner en Estados Unidos, pero aún no logran darle de baja. Esta semana un juez de Manhattan dictaminó que los empleados del servicio de streaming de música gratuito eran responsables de infringir derechos de autor. Con 30 millones de usuarios y 15 millones de archivos subidos, Grooveshark da de baja canciones solo cuando son denunciadas como ilegales, el mismo mecanismo utilizado por YouTube y otros servicios donde los usuarios suben contenidos. Su mayor ventaja es la fácil creación de listas de reproducción y la ausencia de publicidad sonora.


Google Play Música


A tres años de su lanzamiento, Google Play Música llegó a Uruguay la semana pasada. Funciona en web y como aplicación para iOS y Android en tres formatos: como servicio de streaming (pagando US$ 6,99 mensuales da acceso ilimitado a sus más de 25 millones de temas), como una plataforma de “música a la carta” (donde se abona por canción o disco) y como una herramienta para almacenar hasta 20 mil temas en la nube. Aunque todo esto no es innovador, lo interesante es que la música de Google se puede mezclar con la del usuario, algo que no tienen otros servicios. Esta semana, el vicepresidente de contenido digital de Google, Jamie Rosenberg, dijo que la plataforma incorporará el curador de música Songza, que usa datos como el día, lugar y hasta el clima para recomendar canciones y así fortalecer los cálculos que hacen los algoritmos al sugerir música.


iTunes


La aparición en 2003 del servicio de música en streaming de Apple marcó un antes y un después en la industria de la música global al romper con la dictadura del CD y permitirle a los usuarios comprar legalmente de a una canción a apenas 99 centavos de dólar. Fue el complemento perfecto del iPod, lanzado en 2001 bajo la entonces revolucionaria consigna: “Mil canciones en tu bolsillo”. Este mayo la compañía de Cupertino anunció que los 800 millones de usuarios de iTunes habían adquirido más de 35 mil millones de temas. Sin embargo, para Uruguay no está habilitada la opción de comprar canciones en iTunes Store, sin importar qué versión se use: para móviles (iOS) o escritorio (Mac OS y Windows). Lo que sí es posible es subir bibliotecas personales, en cuyo caso la plataforma deja de funcionar como tienda y pasa a ser un mero reproductor de música.


Beats Music


Cuando en abril Apple compró la empresa Beats por US$ 3.200 millones, la primera impresión fue que la compañía quería ser dueña de los auriculares de lujo. Sin embargo, también tenía el foco puesto en Beats Music, el servicio de streaming de canciones lanzado en enero para iOS, Android y Windows Phone a US$ 9,99 mensuales (no está disponible para Uruguay). Según datos de mayo, posee unos 250 mil suscriptores que han totalizado 5 millones de descargas, siendo uno de sus principales atractivos las listas curadas por expertos y la ausencia de publicidad. Este mes Beats Music fue objeto de noticias tanto positivas como negativas: fue incorporada al reproductor multimedia Apple TV y, a su vez, se corrieron rumores de su futuro cierre. Es que, si bien Apple lo desmintió, no tiene sentido mantener iTunes Radio y Beats Music. Y resulta fácil adivinar cuál marca prevalecerá.


Otros servicios


Más allá de los ya descritos, hay otros tantos para todos los gustos. Uno de los líderes es Pandora, que tiene más de 77 millones de usuarios a pesar de que se puede escuchar solo en tres países: Estados Unidos, Australia y Nueva Zelanda. Tiene la ventaja de haber sido uno de los servicios precursores en el streaming de música, como parte de una iniciativa que busca catalogar la “genética” de la mayor cantidad de canciones posible. Así, funciona según una base de datos que, en vez de usar algoritmos, tiene a sus propios expertos clasificando diferentes parámetros de las canciones. Se encuentra gratis con publicidad y en formas de suscripción pagas.

Rdio es otra opción que, además, tiene su aplicación gratuita para iOS y Android. Sus creadores son los mismos de Skype y ofrecen más de 30 millones de canciones. En Uruguay cuesta $ 141 por mes y los primeros 30 días son gratis. Funciona de forma similar a Spotify o Google Play Música: se puede escuchar y descargar música, además de reproducir playlists. Similar a este es Deezer, que también funciona en Uruguay.

Por otra parte, muchos artistas que quieren difundir su música recurren a SoundCloud, una plataforma hecha para que los artistas puedan difundir su trabajo y recibir comentarios. Es una comunidad en la que se puede incluso elegir un momento dentro de una canción y ponerle un comentario como: “Qué bien suena este solo de guitarra”.

Este año, Amazon lanzó también su streaming de música para los usuarios de Amazon Prime, un servicio de membresía que da beneficios a los consumidores.

Tantos son los servicios de música que parecería que el mercado ya está copado. Twitter Music, por ejemplo, fue la iniciativa de la red social para recomendar música a sus usuarios junto con Spotify y Rdio, pero fracasó y fue dado de baja porque no pudo ser competitivo.

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