El campo del norte lleva el nombre de Mario Azzarini, quien se emocionó en la inauguración<br>

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El rubro ovino suma un nuevo bastión en el norte del país

El predio de 624 hectáreas en Salto se propone validar y transferir tecnología innovadora
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02 de diciembre de 2016 a las 05:00

Una leve brisa alivió bajo los árboles una jornada que pareció más veraniega que primaveral. Cuando los invitados colmaron un galpón recién estrenado a un costado de la casa principal, el calor comenzó a reinar y el cielo celeste se mostró limpio de nubes en el campo. En el SUL todos lo llaman el campo del norte, porque el nuevo centro está ubicado en un camino vecinal a Termas del Arapey, a 20 km al oeste la ruta 4, a la altura de Colonia Lavalleja, en Salto.

Por Pedro Silva, enviado a Salto

Con la inauguración del Centro de Innovación y Capacitación Ovina Mario Azzarini, ocurrida el viernes 25 de noviembre pasado, el Secretariado Uruguayo de la Lana (SUL) sumó un nuevo bastión en el norte del país para la producción ovina, en un momento plagado de desafíos para un rubro que aporta carne y lana de prestigio mundial.

Algunos de los asistentes pusieron más de ocho horas de viaje desde Montevideo, en tanto muchos llegaron hasta el predio desde distintos puntos del país. Cuando comenzaron los discursos en el galpón había más de 200 personas en el lugar, entre productores, técnicos y autoridades nacionales y departamentales. Un poco más alejadas, varias personas conducían una amplia parrilla donde se asaban varios corderos y otras carnes para el almuerzo.

El presidente del SUL, Alejandro Gambetta, fue el encargado de abrir la oratoria y dar la bienvenida. Comenzó diciendo que se trataba de "un día histórico" y de "un orgullo" para la institución anfitriona, que precisamente a lo largo del año celebró los 50 años de vida con distintas actividades. Luego reseñó la breve historia de la compra del predio, que se concretó en diciembre de 2014 como fruto de la venta de la vieja sede de la Rambla Baltasar Brum, que también sirvió para comprar una sede nueva en Camino Carrasco y Servando Gómez.

Será un predio de referencia en la transferencia de tecnologías innovadoras y de capacitación

A diferencia del Centro de Innovación y Experimentación Dr. Alejandro Gallinal (Ciedag), que el SUL posee en Cerro Colorado, en Florida, en este campo del norte "no se hará investigación", dijo Gambetta, y enumeró las actividades que tendrá el centro: será un predio de referencia en la transferencia de tecnologías innovadoras y de capacitación. Como corolario de la bienvenida, el presidente del SUL remarcó que el objetivo que mueve a la institución es colaborar a levantar las restricciones que tiene el rubro ovino.

A Gambetta le siguió el presidente de la Asociación Rural del Uruguay (ARU), Pablo Zerbino, quien auguró que el nuevo centro se convierta en "un polo de enseñanza y de producción" para el rubro ovino, que enfrenta adversidades "no por culpa propia". Zerbino contó luego una anécdota personal al recordar que "mi padre José Víctor firmó hace 50 años el acta fundacional del SUL y ahora me toca a mí estar en este día histórico".

El presidente de la Federación Rural, Jorge Riani, felicitó al SUL "por transformar un monstruo blanco (en alusión a su vieja sede) en un campo productivo" y, siendo oriundo de Artigas, agregó que "a los productores del norte nos llena de orgullo y satisfacción tener un predio de validación. Riani también recordó que en el norte del país es donde se concentra la mayor parte de la producción ovina.

"A los productores del norte nos llena de orgullo y satisfacción tener un predio de validación", dijo Jorge Riani

Por otra parte, Alejandro Nin, de Cooperativas Laneras Federadas (Colafe), dijo que "el gran desafío que dará valor al campo es gestionarlo en un momento muy desafiante" para el ovino y subrayó que "hay que propender a la exportación de carne ovina con el mayor valor agregado", al tiempo que abogó por "mejorar la cadena ovina".

Cerró la oratoria inicial el ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP), Tabaré Aguerre, quien advirtió que "el rubro ovino no es el mismo que cuando había 25 millones de cabezas". Hoy ronda los 7 millones. Dijo que "nadie tiene la solución perfecta" y reiteró su posición respecto a la necesidad de la articulación entre las instituciones del agro. Aguerre remarcó que "como ministro tengo claro que la oveja tiene un rol a cumplir" y agregó que "el ovino es el bichito más resiliente" en la adversidad.

El ministro aseguró que la inauguración del campo del SUL "es una buena manera de celebrar los 50 años" de la institución, reflexionó que "las sociedades no se construyen con lo que hacen los gobiernos, sino con lo que hacen las comunidades", y desafió a "buscar un equilibrio para todos los actores. Tenemos un norte, y en el norte estamos".

El proyecto productivo

Concluida la oratoria, el gerente general del SUL, Javier Otero, hizo la presentación del proyecto de explotación del campo. Dijo que se buscará incidir para mejorar la señalada y el índice de mortandad, y adelantó que se adoptará como base del trabajo lo que hacen los grupos CREA en los suelos de basalto.

Al hablar del manejo de tecnologías, Otero señaló que la primera contribución del SUL es tener en el campo a un joven de 21 años, especialista en el manejo moderno de los ovinos, lo que le permite trabajar con más de 2.000 lanares.

El 100% del campo será dedicado a la ganadería, con vacunos en ciclo incompleto, y dos sistemas de producción ovina: uno en la producción de lana fina, mejorando la señalada; y otro con el objetivo de señalar 140% de corderos. Las primeras ovejas entraron al campo a fines de marzo y comienzos de abril pasado. Con el sistema de parideras, la mortandad se redujo 15%, contó Otero.

Se apuntará a la conservación del recurso campo natural, pero habrá un porcentaje de mejoramientos en pasturas compatibles con la sostenibilidad del sistema productivo, al tiempo que se buscará la generación de un superávit económico para el SUL.

Ya con el sol vertical y atravesando algunos potreros, el grupo comenzó una recorrida guiado por el responsable del campo, Ruben Argelaguet.

Cuando terminó la ronda faltaba el broche de oro, que terminó siendo el momento más emocionante de la jornada, cuando todos se reunieron en torno a un palenque tapado por una bandera de Uruguay y otra del SUL, que ocultaban el nombre que llevará el predio. Cuando Gambetta llamó al ministro Aguerre y a Mario Azzarini a retirar las banderas para develar el misterio, una ráfaga de viento lo hizo por ellos. Y los aplausos surgieron como un premio espontáneo para un referente del rubro ovino a orillas de los 80 años de edad.

Una oveja por hectárea

En un momento de su alocución, el ministro Aguerre, lanzó el desafío en la inauguración del campo del norte del SUL de alcanzar "una oveja por hectárea. Con 14 millones de hectáreas (aprovechables para la ganadería en el país), llegaríamos a tener ocho millones más ovinos que en la actualidad", que hay 6,5 millones. Aguerre también afirmó que espera que en el primer semestre de 2017 se abra el mercado de EEUU para la carne ovina con hueso.

Un reconocimiento emocionante

Cuando una ráfaga de viento hizo volar el Pabellón Nacional y una bandera del SUL que cubría su nombre en una madera, Mario Azzarini levantó la vista al cielo límpido que reinó el viernes 25 de noviembre pasado y juntó sus manos como si estuviera rezando.

Parado entre el ministro Tabaré Aguerre, el presidente del SUL, Alejandro Gambetta, y su esposa, al reconocido investigador y docente le ganó la emoción y los abrazos acompañados de un prolongado aplauso del público que concurrió a la inauguración del campo del norte del SUL.

En forma sintética, Gambetta enumeró los aportes decisivos al desarrollo de la producción ovina que realizó Azzarini, docente destituido en 1973 de la Facultad de Agronomía luego del golpe de Estado y ahora a punto de cumplir los 80 años de edad. "Fuiste un maestro y el amor y compromiso que sentimos por la oveja te la debemos a ti", remarcó Gambetta, quien también se emocionó.

Con la tranquilidad habitual en su forma de ser, Azzarini sacó del bolsillo del pantalón una hoja blanca y leyó: "La vida depara sorpresas, y mayúsculas. Cuando me dijeron que el campo llevaría mi nombre, me propuse atenuar los elogios a mi persona. (...) Con incredulidad, orgullo y vergüenza, agradezco y acepto la distinción". Y agregó una larga lista de agradecimientos.

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