Largos viajes, poca compañía y la necesidad de relacionarse, dieron a luz a Kirobo. El pequeño
robot diseñado para comunicarse con humanos y hacer compañía a los tripulantes en el espacio tuvo su primera experiencia exitosa en órbita. Quien compartió palabras con el simpático robot fue el astronauta japonés Koichi Wakata a bordo de la Estación Espacial Internacional (EEI).
Imágenes emitidas recientemente por la cadena de televisión pública nipona
NHK mostraron un fragmento de la conversación que Wakata y el androide mantuvieron mientras orbitaban alrededor de la Tierra a bordo de la EEI.
En el fragmento emitido, el cosmonauta le pregunta en japonés a Kirobo cómo llegó a bordo de la EEI, a lo que el humanoide responde, empleando gestos con las manos y el cuerpo, que llegó a bordo del vehículo de transferencia de carga Konotori IV, que fue lanzado en agosto de este año desde la isla de Tanegashima, al suroeste del país.
En declaraciones recogidas por NHK, uno de los desarrolladores, Fuminori Kataoka, explicó que el equipo detrás del proyecto se sintió muy satisfecho con el resultado tras casi tres años de trabajo.
El proyecto ha sido ejecutado conjuntamente por el
Centro de Investigación para Ciencias y Tecnologías Avanzadas (RCAST), la
Universidad de Tokio y la empresa
Robo Garage.
También han colaborado la
Agencia Aeroespacial nipona (JAXA),
Dentsu, primera agencia de comunicación de Japón y quinta del mundo, que desarrolló los contenidos de las alocuciones del robot, y
Toyota Motor, mayor fabricante de vehículos mundial, que trabajó en el sistema de reconocimiento de voz.
El objetivo del programa es mejorar el entendimiento entre los tripulantes y el personal de control y contribuir a las investigaciones sobre comunicación entre humanos y autómatas.
Kirobo, que se comunica mediante una combinación de "acciones autónomas y operaciones remotas", tiene unos 34 centímetros de altura, pesa aproximadamente 1 kilogramo y va equipado con una cámara de reconocimiento facial.