Basta con agregarle peso para activarla e iluminará durante media hora. Se trata de
GravityLight, una lámpara que funciona gracias a la fuerza de la gravedad, prescindiendo de baterías, pilas o combustible para encenderse.
Con ella, los diseñadores ingleses Martin Riddiford y Jim Reeves buscan sustituir particularmente el uso de lámparas de kerosene que son moneda corriente en los países subdesarrollados. De esta forma, no solo estarían colaborando a reducir las emisiones de dióxido de carbono por año, sino que también serviría para prevenir los riesgos que conlleva la exposición a los gases que emite la quema de este combustible.
No tiene baterías que se acaben, que haya que cambiar o desechar. Es completamente limpia y verde", aseguran los creadores en la web del proyecto
Por otro lado, la lamparita en su interior es LED, que es menos contaminante. Además, no atrae mosquitos.
GravityLight cuesta apenas US$ 5, lo que también llevaría a ahorrar a las familias que actualmente emplean kerosene, explican los diseñadores en la web de
deciwatt.org, la iniciativa de investigación en la que se enmarca el proyecto.
Además del bajo costo inicial, la lámpara no requiere mantenimiento posterior: basta con recargarla con energía solar para mantenerla disponible. GravityLight incluye una bolsa de balastro, que sirve de contrapeso para que la lamparita LED se encienda. "No tiene baterías que se acaben, que haya que cambiar o desechar. Es completamente limpia y verde", aseguran los creadores.
Cuatro años de trabajo y exploración condujeron a los desarrolladores a crearla. Ahora,
buscan reunir fondos para costear la producción en masa de la lámpara, para lo cual quedan 15 días del cierre del plazo de donaciones en la plataforma de
crowdfunding Indiegogo.