“Lo veía todo el día en la escuela y en la computadora toda la noche. Se me hizo claro que David necesitaba tiempo para vivir su pasión, las computadoras”. Estas son las palabras de la señora Ackerman, madre de David Karp, fundador de
Tumblr. Fue ella quien le permitió abandonar el liceo.
De acuerdo a lo que publicó el diario
New York Times esta semana, a los 14 años, Karp era un adolescente brillante, tranquilo, solitario, que se aburría en las clases y que pasaba todo el resto del tiempo pegado a la computadora.
Ahora, con 26, Karp se sumó a la selecta lista de los millonarios de veintipico
tras vender su empresa a Yahoo por US$ 1.100 millones, de los cuales US$ 250 millones fueron a su cuenta bancaria. Como sigue sin terminar el liceo, en una entrevista reciente dijo: “Espero que eso no sea una condición para conseguir empleo en Yahoo”.
Antes de crear Tumblr, el joven trabajó en varias
startups y, quienes lo conocieron entonces, ya veían su potencial. “Cuando conocí a David tenía 20 años y usaba championes y jeans, era claro que algún día crecería por alguna idea”, dijo Bijan Sabet, socio de
Spark Capital, una de las empresas que financió Tumblr.
La madre de David era amiga de la esposa de Fred Seibert, un productor televisivo que le sugirió que mande al joven a trabajar con él. Comenzó yendo algunos días por semana y luego, todos. En muy poco tiempo, Karp se convirtió en invalorable, contó Selbert. Ahí creó una plataforma de videos llamada Next New Networks, que se vendió a Google por US$ 50 millones.
Karp trabajó más adelante en algunas empresas tecnológicas en Nueva York y Tokio, para después asumir como jefe tecnológico en UrbanBaby, que de nuevo se vendió, esta vez al sitio CNET. El dinero lo destinó para crear la compañía Davidville, madre de Tumblr.
Ahora que Tumblr ya no le pertenece, David vive con su novia y su perro en un apartamento de la zona
cool de Brooklyn, Williamsburg, en un loft que cuesta US$ 1,6 millones. Según dijo al New York Times, está “pensando qué hacer”, por ejemplo, ir a la universidad. Y bromeó: “Al menos podré pagarla”.