Hace tiempo que
internet forma parte de la vida diaria de las personas. Los teléfonos móviles,
computadoras, relojes e incluso lentes conectados a la red son una realidad desde hace tiempo. Sin embargo, a ese proceso de incorporación de los aparatos conectados todavía le queda dar uno de sus pasos más importantes: interconectar los dispositivos domésticos y hacer posible el
Internet de las cosas.
Para que esta tecnología se desarrolle con eficiencia, es necesario contar con un protocolo llamado IPv6, que habilita la conexión de los dispositivos vinculados a ella.
Es por eso que CAF- Banco de Desarrollo de America Latina- y LACNIC- el Registros de Direcciones de Internet para Latinoamérica y el Caribe- presentaron ayer, en Casa de Internet de Lationamerica y el Caribe, un estudio que demuestra que tanto America Latina como los países del Caribe tienen un nivel de IPv6 cercano al 1%, lo que dificulta el ingreso del Internet de las Cosas al continente. Solamente Perú, Bolivia, Brasil y Ecuador presentan niveles superiores a ese valor.
Según Carlos Martínez, gerente de Tecnología de LACNIC, en Uruguay ya hay algunas empresas e instituciones, como la Universidad de la República, que cuentan con la tecnología necesaria. Sin embargo, explicó que la idea central del Internet de las Cosas es vincular mediante la red a los dispositivos del hogar, lo que ya supone un trabajo de mayor infraestructura por parte del proveedor de internet local.
La presentación de CAF y LACNIC también dejó entrever un aspecto positivo del tema, que es el 30% de las organizaciones de Internet de la región piensa desplegar IPv6 en 2016.
La investigación duró alrededor de 10 meses y abarcó a 33 países del continente.