Hoy se cierra el telón de la
Feria Electrónica de Consumo (CES, por su sigla en inglés) que se desarrolló en Las Vegas, Estados Unidos, desde el 8 de enero. El evento se convirtió por cuarta vez consecutiva en un escenario internacional, donde las más de 2.000 compañías miembro de la
Consumer Electronics Association (CEA) desplegaron sus más nuevos y mejores productos, muchos de los cuales recién saldrán al mercado a finales de año. Y como en todo buen
show, los tecnólogos aplaudieron a algunos personajes más que a otros.
En este caso, las estrellas fueron las
smart TV de gran tamaño, seguidas por las tabletas y smartphones, los protagonistas indiscutidos del año que recién comienza. Pero los pequeños gadgets, aquellos que quedaron opacados por las
pantallas de 4.000 píxeles de resolución, también jugaron su papel. Dispositivos como hornos de cocina y hasta almohadas de cama también se volvieron inteligentes, y sorprendieron en esta feria con tecnologías prometedoras. Hasta las grandes marcas se animaron a reinventar sus productos más tradicionales, como Sony, que presentó unos Walkman que funcionan bajo el agua.
Así, distintas compañías demostraron que lo que importa no solo es el tamaño, sino la inventiva, la creatividad y, claro, el poder de cautivar a un consumidor ávido de tecnologías de ensueño.