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¿El adiós del mp3?

Sus creadores anuncian la "muerte" del mítico formato que cambió el mundo de la música y que comenzará a desaparecer. Ahora, ¿qué viene?
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03 de junio de 2017 a las 05:00

Suena la marcha fúnebre de Frédéric Chopin por la muerte del mp3. El Instituto Fraunhofer IIS, creador de este mítico formato de audio –que permitió el salto de la música analógica a la digital–, anunció el 23 de abril que ya no tramita más licencias para su uso. Puede ser exagerado hablar de "muerte", considerando que es una movida más simbólica que real. Pero aunque el mp3 siga respirando, con este acontecimiento se inicia oficialmente la evolución hacia formatos superiores.

Algo de historia

La necesidad de contar con tecnologías capaces de generar y almacenar música estuvo presente desde el principio de los tiempos. Se han encontrado flautas, realizados con huesos, de 30 mil años de antigüedad. Las culturas primitivas usaban diversos objetos para la percusión, como piedras, caracolas, cuernos y maderas. Sin embargo, recién en 1857 el francés Édouard-Léon Scott de Martinville patentó el fonoautógrafo, sistema que podía transcribir el sonido visualmente pero no reproducirlo. Tuvieron que pasar 20 años más para que Thomas Edison anunciara la invención del fonógrafo, el primer aparato capaz de no solo grabar, sino también reproducir sonido. Saltando varias décadas en el tiempo, ya iniciado el siglo XX, los equipos fueron evolucionando desde el gramófono y los discos de vinilo hasta el cassette, CD y el mp3.

El famoso formato de audio comprimido que ahora termina su vida útil nació a finales de la década de 1980 en el Instituto Fraunhofer IIS, en Alemania; marcó un antes y un después en la forma de escuchar música. "En 1994 un emprendedor inglés nos preguntó si éramos conscientes de que estábamos a punto de destruir la industria de la música. De la mitad de los 90 en adelante quedó claro que este formato iba a cambiar las reglas del juego", dijo en una entrevista Karlheinz Brandenburg, considerado como padre del mp3.

Brandenburg era parte del Moving Pictures Experts Group (MPEG), responsable de idear el proceso de codificación digital –MPEG-1 Audio Layer III– por el cual el audio se comprime en archivos pequeños fáciles de transferir.

A finales de la década de 1990, el archivo resultante, el mp3, era "técnicamente el mejor sistema de compresión de audio" según Brandenburg, además de accesible y compatible con la mayoría de los reproductores.

Gracias a este formato fue posible comenzar a descargar y compartir canciones a través de internet; de esta manera se quebró la hegemonía de los discos y el MP3 se convirtió en el formato más odiado por los audiófilos. Sin embargo, revolucionó la industria musical. Si no fuera por el mp3 no existiría Spotify ni ningún otro servicio de streaming.

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La música digital aporta un 45% de los ingresos al sector, en contraste con el 39% de los soportes físicos, según datos de la Federación Internacional de la Industria Discográfica (IFPI).
La música digital aporta un 45% de los ingresos al sector, en contraste con el 39% de los soportes físicos, según datos de la Federación Internacional de la Industria Discográfica (IFPI).

Adiós a las patentes

El Instituto Fraunhofer IIS, el centro de investigación alemán que lo inventó y que posee sus derechos, difundió la noticia de la "muerte" del mp3, o en otras palabras, dio por finalizado el programa de licencias. Pero lejos de asesinar al formato, mata a las regalías, de modo que deja de importar su uso o quienes salen beneficiados por estos.

Según explicaron los responsables del instituto en un comunicado, la decisión se tomó porque hoy los servicios de multimedia utilizan formatos "modernos" como los del tipo AAC y, en el futuro, usarán MPEG-H. Estos pueden ofrecer una calidad de audio más alta usando una tasa de bits más baja, si se compara con el mp3.

Esto no quiere decir que de un día para otro dejarán de funcionar todos los archivos de su biblioteca musical, sino que en el futuro cercano el mp3 pasará a ser parte de la historia, al igual que los vinilos o los cassettes.

Alternativas

Uno de los puntos negativos del mp3 es la pérdida de datos en la codificación. Puede ser el formato más popular, pero no por eso es el mejor. De hecho, sus deficiencias contribuyeron al desarrollo, en los últimos 20 años, de diversas alternativas más eficientes.

Aunque se escuche relativamente bien para los no tan entendidos en el tema, el mp3 deja mucho que desear en términos de calidad de audio. Un archivo por lo general tiene una tasa de compresión de 128 kbps y pesa 4 Mb. Con los nuevos competidores, un archivo del mismo tamaño puede tener una tasa de compresión del doble del mp3, ocupando el mismo espacio, pero con una calidad superior.

Los servicios de música en línea ya hace tiempo abandonaron al viejo y querido mp3 para transmitir sus archivos. Spotify, por ejemplo, usa el formato Ogg Vorbis en 320 Kbps para las cuentas Premium, mientras que Apple Music usa AAC de 256 Kbps.

La codificación de audio avanzada (AAC, por sus siglas en inglés), usualmente contenida en archivos .m4a y .mp4, fue desarrollada parcialmente por el Instituto Fraunhofer y se ha popularizado enormemente. No hace necesario el pago de licencias para hacer streaming o distribuir contenidos en este formato. Es usada por los dispositivos y servicios de Apple, pero también la aprovecha Google, tanto en su plataforma Android como en YouTube.

El futuro más prometedor es el formato Ogg Vorbis, mucho más evolucionado que el mp3 y además sin limitaciones de distribución por licencias. Aunque no es tan extendido como AAC, su mayor conquista es Spotify.

Para los melómanos más exquisitos existen formatos como FLAC o Monkey's Audio (APE). Estos son del tipo LossLess, es decir que para comprimir la información no suprimen frecuencias, por lo que su calidad queda intacta. Eso sí, a diferencia del mp3, logran reducir un archivo solo a la mitad de su tamaño. Una canción de FLAC puede pesar entre 50 Mb y 100 Mb.

Ya hay servicios, como Tidal y Deezer, que ofrecen streaming en formato FLAC. El servicio Elite de Deezer permite escuchar audios a 1.411 Kpbs, un sonido que solo podría ser apreciado por aquellos que tienen equipos de audio dignos de un estudio de grabación.

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68 millones de personas en todo el mundo pagan una suscripción para oír música en streaming.
68 millones de personas en todo el mundo pagan una suscripción para oír música en streaming.

Obsoletos

Con el auge del formato de audio digital surgieron una infinidad de dispositivos de reproducción, entre ellos el convencional walkman, pero también el iPod de Apple, el Sony Walkman MP3, el Microsoft Zune y el Samsung Galaxy Player. Para ellos también suena la marcha fúnebre.

Los iPod nuevos utilizan solamente AAC, mientras que los viejos fueron declarados obsoletos por Apple (a partir del 30 de junio); los de quinta generación, touch de segunda o tercera generación o el modelo clásico de 80 y 160 Gb de 2007. Esto implica que no podrán tener ni soporte ni reparaciones por parte de proveedores oficiales.

A estos le siguen los CD, el Minidisc, el DVD y el Blu-ray, indudablemente.

Las ventas de CDs cayeron desde casi 960 millones en el año 2000 a unos 170 millones para 2013, según datos de la Asociación Estadounidense de la Industria de Grabación. Al mismo tiempo, las descargas por internet crecieron de manera constante hasta alcanzar los 1.600 millones.

Las opciones de reproducción en línea y el advenimiento del gigante de Netflix, también hacen inminente la despedida de los DVDs. Con una capacidad seis veces superior a la de un CD, el DVD se lanzó en 1995, de la mano de Sony, Panasonic y Toshiba (entre otras compañías). Blockbuster se declaró en quiebra en 2011, y sus locales son cada vez más difíciles de encontrar.

El Blu-ray se creó en 2002. Este disco de almacenamiento óptico de alta definición, dispone de más espacio que un DVD: de 25 a 50 Gb, dependiendo del modelo. Sus desarrolladores, para mantenerlo vivo, están redefiniendo el concepto. Ya desde 2014 Sony y Panasonic quieren desarrollar lo que han llamado Archival Disc, con la intención de que almacene 1 terabyte. Al contrario de lo que puede suceder con los datos guardados en la nube, la ventaja de los discos es que son inmunes a los ataques informáticos.

Para Antonio Guisasola, de la asociación Promusicae, lo más probable es que "predomine lo digital y el mundo físico no desaparezca, pero sí se vea muy menguado. El CD puede sobrevivir como un producto de nicho", dijo al diario El País de España. Lo mismo pasó con los vinilos. Sus ventas arrancaron a crecer a partir del cambio de milenio, dejando en evidencia que lo obsoleto todavía atrae a la gente. El mp3, "vivito y coleando", es un favorito más que se suma a la colección.

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Cómo funciona la compresión mp3

El mp3 es un formato de compresión de audio digital que usa un algoritmo con pérdida de calidad para conseguir un archivo de menor tamaño. Analiza el sonido original y elimina de la grabación las frecuencIas inaudibles para el oído humano. También se aplica lo que se conoce como el fenómeno del enmascaramiento sonoro: se produce cuando el oído está expuesto a dos o más sonidos simultáneos, y uno de ellos enmascara a los demás.

La primera canción que fue trasladada al formato mp3 fue Tom's Diner, de Suzanne Vega. Según contó Karlheinz Brandenburg, su creador, la utilizó para testear su nuevo algoritmo por el desafío que suponía comprimir el canto a capella de la cantante. "Cuando comprimí la voz de Suzanne Vega al predecesor de MP3, este la destruyó por completo", recordó el ingeniero. Si bien el primer intento fue fallido, siguió perfeccionando su método, hasta que la canción se pareció lo más posible a la original.

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