Se llaman 252P/Linear y P/2016 BA14. El primero de los cometas pasó el 21 de Marzo a una distancia de 5,3 millones de kilómetros de la Tierra y este martes pasó el segundo, a 3,5 millones de kilómetros. No hay por qué asustarse, las distancias son entre nueve y trece veces la distancia entre la Luna y la Tierra. Pero, a pesar de los millones de kilómetros de distancia, la cercanía es la mayor desde hace más de 300 años.
Se sospecha que ambos están emparentados de alguna forma por la similitud entre sus órbitas. Posiblemente uno haya nacido del otro en un desprendimiento. Según cálculos de dos astrónomos de la Universidad de Maryland, Michael Kelley y Matthen Knight los periodos de ambos cuerpos celestes son de 5,32 años (252P/linear) y 5,25 (P/2016 BA14).
Un periodo orbital es lo que tarda un astro en recorrer su órbita. Las órbitas de los cometas normalmente son elípticas. Sin embargo, algunos cometas pueden ser bastante inestables. Esta es razón más que suficiente para no verlos de nuevo en su esperado intinerario.
Los cometas son acumulaciones de roca, polvo y hielo, que giran alrededor del sol. En el momento más característico de su trayectoria, cuando encaran a la estrella, los sedimentos y la materia del propio cometa se evaporan sin pasar por el estado líquido (sublimación), dejando una estela de vapores a la que llamamos cola.
El cometa más famoso de la historia es el cometa Halley, el cual puede ser visto cada 76 años. Habría que remontarse hasta 1770 para encontrarse con el cometa que más cerca ha pasado de la tierra: Lexell. Este pasó a 2,4 millones de kilómetros de nuestro planeta.
Existen dos focos de nacimiento de cometas en nuestro Sistema Solar, la Nube de Oort y el Cinturón de Kuiper. Los dos son formaciones de escombros estelares o cuerpos planetarios.
Los cometas hermanos 252P/Linear y P/2016 BA14, son una muestra de las incontrolables fuerzas que regulan el espacio exterior. Rocas fósiles que ayudan en el estudio de la materia del universo. Una inmensidad que trasciende la realidad de nuestro pequeño planeta y que escapa de nuestra limitada comprensión.
Pero cada pequeño paso hacia su entendimiento es grande y está lleno de respuestas. Quién sabe cuándo será el próximo avistamiento y cuán cerca estará de nosotros.
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