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Más de 1.000 millones de smartphones pululan por el planeta en manos de personas que los usan para una gran variedad de actividades: comunicarse, jugar, informar, perder el tiempo en general…y también para trabajar. Cada vez se invierte más tiempo en estas pequeñas pantallas. Un estudio realizado en 2012 por la firma de publicidad en móviles
InMobi, confirmó que el usuario promedio de smartphones dedica 144 minutos diarios a interactuar con su celular, mientras que mira televisión durante 141 minutos. Una diferencia ínfima que, sin embargo y hasta hace muy poco tiempo, era abismal a favor de la tele.
Si las pantallas de nuestros celulares se han vuelto una presencia obligada a lo largo del día, ¿por qué no usarlas para lograr una mayor productividad? La realidad se da de llendo contra esta lógica: la mayor parte del tiempo que le regalamos a los smartphones nos dedicamos a jugar. Los juegos, esos populares amansalocos virtuales, se quedan con la mayoría de los puestos en las listas de las aplicaciones más descargadas en todas las tiendas virtuales, sean de Apple, Android o Windows.
Pero el origen de los smartphones tuvo poco que ver con los juegos y mucho con la productividad. Los celulares inteligentes nacieron de la mano de Palm y BlackBerry con el fin primario de convertirse en una extensión móvil de la oficina. Hasta entonces, era imposible chequear el mail en un teléfono, por ejemplo. Por ello, el correo electrónico es la aplicación productiva por antonomasia. Claro que su uso y abuso pueden determinar otras realidades.
Con el tiempo, se agregaron miles de aplicaciones que permiten producir con rapidez y eficacia en una pequeña pantalla: pequeños programas para realizar conferencias online, listas de tareas,
brainstorming individual o compartido, e incluso escribir en formatos antes reservados para la computadora.
Entre los más de 2 millones de aplicaciones disponibles en las tiendas virtuales de las diferentes plataformas móviles, un buen porcentaje sirven para producir, para hacernos más efectivos, ahorrarnos tiempo o permitirnos ser más organizados. Pero no, no son las más utilizadas.
Si se considera que en promedio se invierten dos horas por día en usar aplicaciones, sería lógico –o al menos deseable– que parte de ese tiempo fuera para actividades productivas. De vuelta, las investigaciones (
Flurry Analytics) muestran que solo dedicamos el 2% de ese tiempo a interactuar con aplicaciones relacionadas a actividades productivas. En cambio, el usuario promedio de smartphones invierte 43% de ese tiempo en destruir la casa de los
Angry Birds o a hacer pases de espada ninja para reventar las frutas de
Fruit Ninja.
Lo que se viene implica más trabajo en pantallas móviles, así que habrá que acostumbrarse a interactuar mejor con otro tipo de
apps, más allá de las juguetonas. Una encuesta realizar por el
Pew Research Center en 2011 entre 900 expertos en diversas áreas de internet mostró que la mayoría considera que para 2020 los usuarios usarán sobre todo aplicaciones en móviles para hacer, lo que hasta ahora estaba limitado al papel y la computadora.
Aquí proponemos un decálogo de
apps (
ver interactivo) que funcionan en casi todas las plataformas y que, si les da la oportunidad de que se introduzcan en su vida, se la harán más fácil.
Qool: organización visual hecha por uruguayos
Una aplicación para crear “mapas visuales” como forma de organizar proyectos y tareas, creada por uruguayos, está en el “top 15” de productividad en el ranking mundial de
Windows Store.
Qool fue desarrollada por cinco uruguayos, Eduardo Mangarelli, Rodrigo Astiazarán, Andrea Rodríguez, Damián Lado y Pablo Panedas, todos fanáticos de la organización y sus beneficios productivos.
A punto de lanzarse Windows 8, el grupo pensó en aprovechar una plataforma recién presentada para posicionar (sin publicidad y escasa inversión) su aplicación entre las más descargadas y valoradas. Desde enero ha sumado 25 mil usuarios en Windows 8, que la han calificado con un puntaje de 4,3 sobre 5 en promedio.
Más recientemente
Qool también se sumó a
Windows Phone. Basada en recomendaciones de los usuarios y apoyos de referentes en el área (como el autor de
Visual Story Maps, Martin Sykes) se ubica en el top cinco de mercados como el de Gran Bretaña, Rusia, Estados Unidos y Canadá.
El objetivo del equipo, es decir, desarrollar una
app muy visual y sencilla de usar, se cumple a la hora de experimentar con
Qool. Es posible elegir diferentes tipos de “cuadros” en los que ordenar una idea, un calendario, un mapa visual de cualquier tipo. En ellos se cargan textos, imágenes, notas de voz y videos. La gran novedad de
Qool es que se sincroniza visualmente en tiempo real para que todos los integrantes de un equipo que estén usando el mismo cuadro vean los cambios que hace uno de ellos al instante.