Hace algunos años, el actual vicepresidente de tecnología de Apple, Kevin Lynch, metía un iPhone en una licuadora, lo hacía volar en pedazos y finalmente le pasaba por arriba con una aplanadora en un programa de Cazadores de mitos. Se trataba de un irónico experimento que tenía el objetivo de conseguir que funcionara Adobe Flash, un programa para crear y reproducir animaciones.
Es que, antes de unirse a Apple y convertirse en su vicepresidente de tecnología, Lynch trabajaba para Adobe y era un enemigo de la manzana mordida, especialmente de Steve Jobs. La rivalidad había sido provocada por la decisión del entonces CEO de la compañía de
dejar al Flash fuera del sistema operativo iOS, argumentando que sus animaciones enlentecían la navegación. La respuesta de Adobe fue que iOS iba a desaparecer sin ellos. Sin embargo, el tiempo le dio la razón a Jobs, pues más adelante otras compañías lo siguieron y dejaron al programa afuera de sus dispositivos móviles.
Años después, en marzo de 2013, Lynch se pasó a las filas de Apple con pocas explicaciones de por medio. La idea no era tan descabellada pues en sus inicios como desarrollador se había especializado en Mac y en 1984 había ayudado a establecer una de las primeras startups de software Mac.
Según el sitio de tecnología
Cnet, Lynch lideró el desarrollo del softare que lucirán los Apple Watch. Por eso el 9 de setiembre, cuando la empresa
presentó sus nuevos productos, él fue uno de los que salió en escena a mostrar algunas de las funciones del recién nacido reloj inteligente. Las expectativas son altas para este innovador producto de la manzana, que saldrá a la venta el año que viene. Cuando llegue al mercado, ¿
resistirá este dispositivo la licuadora de críticas con sus juicios aplanadores?