No solo los mamíferos producen leche para sus crías; otras especies producen secreciones que, aunque no se producen de la misma manera que la leche humana o vacuna, cumplen el mismo propósito: nutrir a los recién nacidos.
Las palomas hembras producen un líquido que se llama leche de buche. Según explica la BBC, el buche es una bolsa membranosa que se comunica con el esófago y es donde almacenan y ablandan la comida antes de digerirla. Días antes de la eclosión de los huevos, las células epiteliales se alejan de la bolsa y adquieren una consistencia pastosa que luego será regurgitada en la boca de las crías.
Pero dos días antes de la eclosión de los huevos, tanto el buche del macho como el de la hembra se empieza a llenar.
Además de las palomas, los flamencos y los pingüinos emperador también producen leche de buche.
Más increíble es el caso de las cucarachas. Las del Pacífico alimentan a sus crías con una especie de leche que se genera a partir de las células del saco donde se desarrollan los embriones. Cuando nacen, los ejemplares ya están más desarrollados que los de otras variedades de cucarachas.
La hembra de los pseudoescorpiones, un pequeño arácnido, secreta leche de los ovarios. Suele llevar los huevos fertilizados en un saco pegado a su vientre y de allí se alimentan hasta que son suficientemente mayores para sobrevivir solos. Estos insectos miden entre dos y tres milímetros.
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