Investigadores de la
Institución Oceanográfica Woods Hole realizaron un viaje a Isla Guadalupe, en México, para estudiar a los grandes tiburones blancos en estado salvaje. Hasta allí llevaron al llamado
Remus SharkCam, un vehículo submarino autónomo equipado con seis cámaras de video GoPro e instrumentos científicos capaces de localizar, seguir y filmar a estos gigantes del océano. Pero el robot cazador terminó por convertirse en la presa.
En un video de poco más de 5 minutos, los investigadores muestran su tecnológico Remus SharkCam descendiendo al océano. El objetivo de este robot de 2,3 metros de largo y 19 centímetros de diámetro es darle a los científicos una mirada más de cerca del comportamiento de los grandes tiburones blancos, especialmente de su accionar como depredador. Y así lo hizo.
No uno sino varios tiburones atacaron al Remus SharkCam utilizando una técnica usual: aprovechan la luminosidad de las aguas más superficiales para nadar a las profundidades más oscuras y ascender rápidamente para captar desprevenida a la presa, mordiéndola de la cola o zona media. Así es como estos animales cazan focas y, por qué no, robots con cámaras.
El resultado de los ataques de tiburones al submarino son unas importantes marcas que, en palabras de uno de los investigadores, un humano no podría conseguir ni martillando o taladrando esa dura carcasa. Desde el punto de vista científico, la filmación es la "primera vista cercana del comportamiento predador de los tiburones en estado salvaje", además de ayudar a "revelar detalles desconocidos sobre las estrategias que los tiburones usan para cazar e interactuar con sus presas", se detalla en el video.
Un video sobre el viaje completo a Isla Guadalupe será transmitido en Estados Unidos la semana que viene en Discovery Channel, bajo el sugerente título cinematográfico: "Tiburón ataca de nuevo".